LA CRÍA. PABLO RIVERO. Editorial Suma de Letras. 2022.
Buenos días.
Esta semana está siendo intensa con las lecturas. Voy como una moto.
Y todo se debe a que últimamente los libros que leo son bastante absorbentes. El de hoy es de nuestro conocido Pablo Rivero. Para mí ya como escritor y para los que no leen tanto, como actor (Toni Alcántara en Cuéntame).
Una de las protagonistas es Adriana, la madre de Lucas, un niño de tres años muy conocido por hacer un anuncio de galletas y golosinas junto a un conejito de peluche grande.
El pequeño es el niño más famoso de España y tiene su propia cuenta en una red social, que lleva su madre, la cual lo expone constantemente con fotos y vídeos aparte de lo que ya sale en los anuncios.
A su vez, la madre también es muy activa en redes sociales y no duda en exponer su vida y la de su hijo en ellas. Además del pequeño, también tiene una hija adolescente, Judith, que es adicta a las redes, sube fotos y vídeos, a todas horas, con ropa cara y muchos retoques.
Un día, la Guardia Civil del entorno de El Escorial recibe la llamada de Adriana denunciando la desaparición de su hijo Lucas. Al parecer ella estaba en el jardín haciendo un directo para redes, el niño estaba dentro viendo la tele y cuando ha vuelto a entrar ya no estaba.
Según la mujer, han tenido que llevárselo y eso es lo que recalca una y otra vez a la otra protagonista, Candela, una teniente de la Guardia Civil que no pasa por su mejor momento por una crisis familiar, y a Mateo, su ayudante en esa comandancia.
Ellos dos son los encargados del caso junto a otros miembros del equipo que acuden a la casa de Adriana para descubrir qué ha podido pasar y quién ha raptado a Lucas.
De esta manera es como vamos conociendo los pormenores de una vida que se basa solo en las publicaciones en redes sociales y en las sobreexposición de los menores en anuncios, fotos y vídeos.
Tanto Judith como Lucas han vivido una infancia en la que estaban constantemente expuestos al público por su madre, interesada en el reconocimiento y el dinero.
Poco a poco se van desvelando los oscuros secretos que hay detrás de esa envidiable familia y una misteriosa agencia que contrata a menores para grabar publicidad y que no son trigo limpio.
Y así es como llegamos a unos giros impecables e impredecibles al final, donde el dedo acusador va señalando a una determinada persona y resulta que no es y el culpable surge para desmoronar todo nuestro castillo de naipes. Y cuando creemos que ya está todo dicho, llega otra sorpresa, un mazazo aun más fuerte y vemos el punto final.
Una novela dura por la crítica social, a veces aterradora y muy negra. Aunque se lee independiente, hace referencia a la novela anterior, Las niñas que soñaban con ser vistas y la crítica hacia el problema del uso de redes sociales, sobre todo por menores, es un asunto que se repite aquí.
Aparte de este tema social, la desaparición del menor es de lo que se sirve el autor para crear la trama y su ritmo. Una velocidad de thriller por la que se pueden llegar a devorar doscientas páginas de una sentada.
Como he comentado al principio, para mí Pablo Rivero es un gran escritor de este tipo de novelas y en esta ha conseguido lo que en las otras predecesoras no alcanzó, la unión de todos los flecos de forma magistral y realista. También el uso moderado de lo gore, de lo que pudo abusar en la anterior, conforma una historia que no cojea, que engancha y que culmina después de mucha intensidad de un modo absolutamente insospechado.
De novela negra y thriller, otro de los mejores por ahora.
Un saludo y a seguir leyendo, rellenitos.
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