NO OIGO A LOS NIÑOS JUGAR. MÓNICA ROUANET. Roca editorial. 2021.
Buenos días.
Aquí estamos, en medio del frío polar, de la guerra, de la gasolina a precio de oro... pero siempre con opción a viajar a otros mundos mediante los libros.
Con este viajaremos de la mano de Alma a una especie de residencia para jóvenes con trastornos mentales. Ella ingresa allí por el estrés postraumático que padece tras el accidente de tráfico que acabó con la vida de su familia excepto con la suya. Sintiéndose culpable, quiso suicidarse y por eso se encuentra conviviendo con otros jóvenes como ella.
Luna es la chica más popular y más manipuladora a cuyo lado están Ferran, Mario, Candela... Alma entablará amistad con todos ellos y con otras personas que no residen en el centro. Diego y dos niños, hermanos suyos, tienen algunos encuentros con la protagonista y ella se enamora del primer muchacho.
Pero la existencia de estas tres personas no está muy clara pues no parece que nadie las haya visto o conocido, salvo Luna a quien Diego surte de tabaco.
La vida en el sanatorio transcurre entre rutinas de terapia, comida y ocio en la sala común y la piscina. Pero Luna no está satisfecha y aquello se le queda pequeño, por lo que insta a los demás a escaparse una noche.
Todos se arriesgan por seguirla y Alma además, tiene un cometido que dentro del centro nunca podrá llevar a cabo, buscar en Internet qué sucedió en el edificio anteriormente.
Fue una residencia y escuela para sordos y los niños a los que ve, así como Diego, tienen mucha relación con esto.
Después de conocer el pasado del centro, Alma se replantea muchas cosas y se da cuenta de los entresijos de su mente y de la realidad que se acaban mezclando.
Un thriller que para mí ha pasado un poco sin pena ni gloria. No juega con la baza del misterio porque desde el principio se conoce de qué va el asunto y los pocos secretos que quedan, a mí no me han parecido relevantes para la trama.
Lo único que puede resultar de más interés es el pasado de Alma y lo que ocurrió en la escuela para sordos, más que nada para conocer quién de los que ve Alma está vivo y quién no.
Es una historia de fantasmas con toques de novela juvenil en un ambiente en el que todos acaban de salir de la adolescencia y tienen que vivir recluidos con lo que eso supone.
No es por tanto de las mejores novelas que he leído pero juega a su favor que el personaje principal y los demás compañeros tienen cierta profundidad psicológica debido a sus tratornos. Lo cual le da cierto interés, por lo menos para mí.
La atmósfera, pese a querer ser un poco tenebrosa o misteriosa, a mí me ha parecido simplemente descriptiva de una rutina, que tiene, eso sí, algún sobresalto por los hechos del pasado.
Por ello, me parece una historia más con ciertas pretensiones y expectativas. Al situarse en un psiquiátrico para jóvenes y tener a fantasmas pululando por él, el argumento quería ser más de lo que en realidad es. Se desinfla.
Sin más, invito a que la leáis y juzguéis vosotros mismos.
Un saludo.
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