UN DAÑO IRREVERSIBLE: LA LOCURA TRANSGÉNERO QUE SEDUCE A NUESTRAS HIJAS. ABIGAIL SHRIER. Ediciones Deusto. 2021.
Hola a todos. Espero que los Reyes os hayan traído muchas cosas. A mí un bolso de Frida Kahlo y dos libritos.
El libro de hoy es de no ficción y es bastante controvertido. Ha sido censurado en muchos países y ha pasado la censura de EE.UU. por los pelos.
La polémica reside en que lo acusan de ser un libro tránsfobo. Lo mismo que leí historias de transexuales he querido ver otra perspectiva de este tema y aquí la autora explica un fenómeno muy extendido en EE.UU. en estos momentos.
Se trata del elevado porcentaje de adolescentes mujeres que dicen ser transgénero. Sin ningún antecedente en la infancia llegan a la pubertad con trastornos mentales como ansiedad o depresión y bajo el influjo de Internet caen en las redes del autodiagnóstico de transgénero.
La autora no es para nada tránsfoba como se ha querido hacer ver por los activistas y toda la comunidad transgénero. Porque los datos que presenta aquí y sus conclusiones están avaladas por estadísticas y casos verdaderos de los que se ha servido para realizar esta investigación periodística.
Aunque esto no parece tan frecuente en nuestro país y de hecho no hace referencia a él en el libro, sí es verdad que advierte de la difusión y de su hegemonía en otros países del mundo entre los que están Reino Unido.
A lo largo del texto se nos presentan casos reales de adolescentes que de la noche a la mañana decían ser transgénero después de haber pasado por una mala racha psicológica y haberse refugiado en foros y Redes Sociales. Muchas de ellas habían encontrado mentores transgénero que de alguna manera las hacían sentirse integradas en una comunidad.
En algunas ocasiones, los padres con los que trató la autora llamaban a esto secta, ya que sus hijas los apartaban de sus vidas si no las apoyaban en su decisión de ser transgénero y de comenzar su transición a hombre.
Según Shrier, estas niñas que estaban en un momento difícil, muy inseguras y con la autoestima por los suelos, eran captadas por jóvenes también trans que de alguna manera le ofrecían un apoyo incondicional (que ellas creían) y que las instaban a pensar que lo más seguro era que fueran trans.
El mero hecho de sentirse mal con sus cuerpos y con ellas mismas les llevaba a una época de bajón anímico y se refugiaban en Internet. Lo que les conducía al encuentro con estas comunidades que las convencían de ser queer o transgénero.
Hablo en pasado de estas chicas que son casos reales pero es un fenómeno del presente y cada vez se da con más frecuencia y en más lugares. La autora advierte de ello.
Los capítulos nos muestran el poder de los influencers, el estado anímico de estas chicas cuando les lavan el cerebro, el papel de los padres, la adhesión a esta moda de terapeutas e instituciones sociales y educativas, la transformación física y psicológica de las pacientes e incluso el arrepentimiento de estas y la vuelta al punto de partida o a algo parecido a lo que eran antes.
La autora no tiene nada en contra de transgénero y transexuales, de hecho se ha entrevistado con algunos de ellos ya adultos. Pero claro, estos adultos sufrieron lo que se llama "disforia de género" cuando eran infantes. Lo que indica que no es un arrebato y una influencia posterior condicionada por las dudas y la confusión adolescente.
Esa es la clave de todo esto. La identidad transgénero se debe asentar cuando hay unos antecedentes desde la infancia y cuando haya habido un seguimiento exhaustivo de un profesional médico. El problema es que ahora terapeutas e instituciones no dejan margen a la duda cuando una adolescente proclama su condición de transgénero. Así les han instruido para que hagan, pues aquellos profesionales disidentes que se han negado a confirmar la identificación trans de estas jóvenes han perdido su empleo y su prestigio.
Así de fuerte es este colectivo y todo aquel que no se pliegue a él parece ser que acaba denostado. Sin embargo, no representan al verdadero colectivo trans, aquel que defiende sus derechos pero que no quiere entrar en polémicas pues quieren normalizar su situación. Estos últimos a los que entrevistó la autora se desvinculan de esa secta que capta a las jóvenes y hunde a todo aquel que diga en contra una sola palabra aunque esté basada en la ciencia.
Es un libro para reflexionar y en ningún momento he visto que discrimine a las personas trans, al contrario, quiere hacer visible que serlo es una decisión totalmente legítima pero cuando está basada en unos antecedentes y después de que un terapeuta haya corroborado que no es resultado de un período de confusión y descontrol temporal en una edad tan cambiante como la adolescencia. Hay que tener en cuenta que la transformación en el cuerpo es casi irreversible y las hormonas utilizadas son peligrosas y entrañan riesgos graves para la salud.
Os invito a leerlo si queréis tener conocimiento acerca de este tema tan transcendental y actual, que da lugar a un debate bastante profundo y que implica muchas cuestiones éticas médicas y sociales.
Un saludo y FELIZ AÑO.
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