DONDE HAYA TINIEBLAS. MANUEL RÍOS SAN MARTÍN. Editorial Planeta. 2021.
Hola, chavalada.
Después de un tiempo sin aparecer, no mucho pero sí más días de lo habitual, vuelvo con las pilas cargadas para el blog. Aunque tampoco se han descargado nunca, ja ja.
El libro de hoy ha cumplido todas mis expectativas. Nos encontramos ante un thriller con muchos tintes cómicos y mucha simbología religiosa.
Estamos en Madrid, Juan Martínez, inspector de la UDEV comienza a investigar la desaparición de una influencer rusa, Karolina. No hay rastro de la chica y se comienzan las pesquisas preguntando a los responsables de la agencia para la que trabajaba.
Poco después, le asignan también el caso a la inspectora Nuria Pieldelobo, una treintañera muy combativa a la que no le gusta mucho ese inspector cincuentón tan ingenuo.
Los acontecimientos se desatan y los inspectores ponen rumbo a a ermita de la Virgen del Ara en Fuente del Arco (Badajoz). Una iglesia llena de simbología relacionada con el Génesis les da la bienvenida y un cadáver cuyo asesinato tiene algo que ver con este libro de la Biblia.
Todo se va complicando cada vez más porque Pieldelobo y Martínez tienen sus propias teorías acerca de las muertes de las que tienen que hacerse cargo. La mujer se empeña en un crimen machista y el inspector tiene mucho más claro que el asunto tiene un trasfondo religioso. No ayuda nada a decantarse por una o por otra el descubrimiento de una finca en los alrededores en la que podría operar la mafia rusa.
Pero Martínez, con su formación religiosa y su intuición encarrila la investigación cuando otros asesinatos se producen en otras iglesias.
El Génesis es la clave y la venganza y la falta de perdón y misericordia el caldo de cultivo para los asesinatos.
Un caso que se acaba resolviendo gracias a la colaboración y acercamiento de las posturas de los inspectores y también a muchos expertos amigos que les ayudan a encontrar al asesino y a acabar con su terrible proyecto.
Una novela en la que nos encontraremos todos los elementos necesarios para crear la intriga suficiente y la expectación necesaria para seguir leyendo hasta el final.
La simbología religiosa, la religión, el arte, el feminismo... son temas que nos acompañarán y de alguna manera también nos harán reflexionar acerca de las diferentes opiniones que existen sobre ellos y las diferencias entre las distintas generaciones: los millenials y las personas de mediana edad.
Todo ello regado con unos toques de humor en la narración desenvuelta del inspector, cuya situación personal también nos conmueve. La inspectora Pieldelobo es más carismática, más dinámica y recta, aunque también con sus demonios personales, por eso es menos atractiva para el lector pero a la vez, conforma el tándem necesario con Martínez para darle a la historia dos puntos de vista diferentes y que sea más colorida.
Para mí, un thriller que ata al lector, lo instruye y lo ánima a dilucidar las pruebas y la simbología. Con una narración fluida y un ritmo cada vez más rápido, cierras el libro con a sensación de haber leído una buena novela policiaca complementada con aspectos sociales actuales.
Uno de los mejores libros de este año, cuyo autor escribió otra novela que ya he reseñado aquí y que, sin embargo, no me satisfizo tanto.
Aun así os invita leerlas dos porque este autor parece que prometen.
Un saludo, buen fin de verano.
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