La Red Púrpura de Carmen Mola

LA RED PÚRPURA. CARMEN MOLA. Editorial Alfaguara. 2019.

En esta reseña empiezo con una expresión que, aunque no suena muy bien, a mí me gusta: cágate, lorito.

Para el que no la entienda, es como decir, madre mía, la que se ha liado; madre mía, qué fuerte; prepárate. La idea que quiero transmitir es que esta novela es absorbente y con una trama inmejorable.

Pero no me gusta adelantar acontecimientos. Además, yo creo que es necesario que leáis la primera novela de las dos que hay de Carmen Mola, el seudónimo del/de la escritor/a revelación de novela negra española. La novia gitana es la primera de las que protagoniza la inspectora Elena Blanco y es tan buena como esta segunda. En el blog encontraréis la reseña.

Bien. Como decía, la inspectora Blanco es la protagonista, la cual trabaja en la Brigada de Análisis de Casos (BAC), un grupo especial de la policía que se encarga de casos especiales. En este caso, la brigada sigue investigando acerca de la Red Púrpura, una organización criminal que se dedica a grabar vídeos torturando y matando a personas por los que la gente paga para verlos.

La inspectora está muy metida en el asunto, puesto que su hijo, secuestrado con cinco años, está dentro de la Red, torturando también, como ha podido ver su madre. Por eso, la búsqueda de los responsables se convierte en un problema acuciante. 

Es por eso que los miembros de la brigada deben tirar de cualquier hilo que les permita encontrar a estos criminales de los que circulan muchos vídeos por la Deep Web y directos por los que muchos usuarios pagan grandes cantidades.

Así, consiguen descubrir a intermediarios y clientes de la Red Púrpura, los cuales poco a poco van desvelando secretos que les hacen llegar a un antiguo caso del que también estuvo encargada la BAC.

Junto con sus compañeros: Zárate, Orduño, Mariajo y Chesca, Elena se acercará cada vez más a su hijo, pero también descubrirá su lado más oscuro. 

Peleas clandestinas, apuestas, asesinatos, torturas, fugas, persecuciones... Toda la acción de La novia gitana, pero con más suspense y más angustia, puesto que la implicación de la inspectora es mayor y por ende, la del lector.

Una trama perfectamente estructurada, siguiendo la estela de la primera novela, pero con unos personajes más cercanos, con los que nos identificamos más y a los cuales conocemos más estrechamente. Agentes de policía astutos e intuitivos; criminales crueles, despiadados y vengativos... Mucha atrocidad y sangre...Pero siempre con el corazón en un puño esperando ver cómo alguien tiene que ser salvado, cómo los minutos cuentan, cómo se desvela la cara oculta de algunos... 

Un libro vertiginoso, de saltos de estómago (por la grima de la violencia y por los subibaja del desarrollo de las pesquisas y los rescates). Y es que parece que vayamos literalmente en el Lada rojo de Elena, pasando por los baches de la Cañada Real...

Sin duda, está recomendadísimo, como ya lo hice con el anterior de este creador anónimo que ha cosechado y sigue cosechando éxitos. Eso sí, no apto para estómagos sensibles.

No dudéis en leerlos los dos, sobre todo los amantes de novela negra. Este/a escritor/a es un fenómeno y me recuerda a Luca d'Andrea, a Lemaitre, a Juan Gómez-Jurado o a Pérez Gellida. Diciéndolo claro, tiene la misma calidad que los libros de estos putos amos. Nada que envidiar a los suecos.

Y ya está todo dicho. Cuando tengo muchas ganas de leer la segunda parte de un libro, lo compro y lo leo en pocos días, con pena de acabarlo pero sin dejarlo en la estantería, entonces sí: CÁGATE, LORITO.

Un saludo gordo.