Y DEJÉ DE LLAMARTE PAPÁ. CAROLINE DARIAN. Editorial Seix Barral. 2025.
Buenos días a todos y buen comienzo de semana.
Pasado el lunes de rigor, vuelvo con energías renovadas y unas cuantas agujetas de ayer.
El libro de hoy no es de ficción. Seguramente, si la autora hubiese conservado su apellido y no lo hubiese cambiado por una mezcla de los nombres de sus dos hermanos, sabríais quién es ella y de qué va esta lectura.
Pues bien, ella es Caroline Pelicot. Sí, la hija del monstruo violador y de la víctima violada. Todo un dilema del cual se pronuncia la propia Caroline en el relato del tsunami emocional que arrasó la vida de su familia.
La historia de esta narración comienza cuando Caroline y sus hermanos, David y Florian, conocen por boca de su madre, Gisèle, previa llamada de un teniente de la policía, que su padre ha sido detenido porque en su ordenador han encontrado fotografías y vídeos de su madre drogada e inconsciente siendo violada por hombres desconocidos.
Y ahí empieza lo que ella denomina "una carnicería." Su padre, que siempre la había querido y apoyado en todo, resulta ser un voyeur que drogaba a Gisèle y permitía que otros la violaran. La que era su esposa y de la cual decía que era el amor de su vida.
El golpe más grande, según Caroline, fue la revelación de que su padre era un completo mentiroso y manipulador que sometía a su madre con medicamentos en diferentes lugares y circunstancias. Incluso cerca de sus propios hijos.
Así las cosas, sigue contándonos cómo se desarrolló toda la burocracia, las declaraciones, las noticias en los medios y cómo se van descubriendo nuevos detalles aberrantes que no solo invoclucran a su madre, sino también a ella misma y a sus cuñadas.
En definitiva, estas son las vivencias de una hija que al principio se sentía dividida entre agresor y víctima, pero que se dio cuenta en poco tiempo quién debía recibir toda su ayuda, su sostén y su protección: su madre, y quién todo su desprecio e indiferencia: su padre.
El libro acaba antes de que se celebrase el juicio el pasado año 2024 y del que todos somos conocedores aunque fuese en el país vecino, Francia.
Un relato estremecedor y emotivo de la destrucción de su vínculo familiar y de cómo esto le dio fuerzas para ser actualmente activista en el tema de la violación con sumisión química.
Os lo recomiendo si queréis enteraros de primera mano de lo que realmente sucedió en esa familia y de qué manera lo vivieron sus integrantes. Una experiencia devastadora.
Por su calidad narrativa y descriptiva a nivel emocional, este es otro de los mejores libros de este año.
Buena semana y feliz febrero.
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