EL CHICO DE BUCHENWALD. ROBERT WAISMAN Y SUSAN MCCLELLAND. Editorial Destino. 2021.
Buenos sábados, queridos lectores.
El libro de hoy es no ficción juvenil, un subgénero poco explotado en la literatura. Pero este libro quiere que sea una enseñanza para todos los jóvenes, a la vez que se trata de unas memorias.
De nuevo volvemos al Holocausto, pero como siempre sucede, cada historia tiene unas peculiaridades que la hacen única, no sólo por las vivencias sino también por la etapa en la que se centra de la experiencia en los campos de concentración o en otros lugares bajo el yugo de los nazis.
En este caso, el protagonista, llamado Romek en polaco, que luego pasa a ser Robert en Canadá, después de trabajar siendo un niño en la fábrica HASAG de armamento gracias a su hermano, que pretende salvarlo, es deportado al campo de Buchenwald. Allí, aparte de los niños polacos que viajan con él se encuentra con otros miles de niños que permanecen escondidos en los barracones de adultos o apartados en el bloque 66 de los niños.
Aunque se pasa algunos años trabajando en la fábrica, en el campo permanece un año y poco pues en abril de 1945 el campo es liberado por los estadounidenses. Aun así, su estancia allí así como el trabajo anterior son devastadores para él y otros niños como él.
Su vida, además, se ve amenazada varias veces por la enfermedad y la malnutrición y también por los propios nazis durante las selecciones o los fusilamientos por cometer un error, escaparse o cualquier otra causa que los guardias considerasen suficiente.
Sin embargo, pese a la barbarie conoce a grandes amigos también judíos, que tras la liberación de Buchenwald son trasladados a Francia gracias a la OSE que se encarga de proteger a los niños judíos polacos y de llevarlos a ese país para que puedan empezar de nuevo.
La resiliencia con la que cuentan estos infantes y posteriormente adolescentes, les permite aparcar y medio olvidar todas las desgracias vividas, con ayuda de los responsables de la organización, compuesta por mentores que de alguna manera guían a los niños para integrarse en esa cultura, educarse y vivir experiencias positivas.
Romek, junto a sus amigos tienen asegurada la comida, la ropa, la educación y el cariño y la cercanía de varios miembros de la organización que pretenden reencaminar su futuro y crear un entorno seguro que les permita huir mentalmente de lo mucho que padecieron en Alemania.
Por eso, estamos ante un relato lleno de barbaridades como otras historias sobre el Holocausto, pero lleno de esperanza porque sobre todo se centra en el tiempo en que Romek vuelve a la vida, es libre y comienza a darse cuenta de que su familia desapareció y tiene que reengancharse al mundo disfrutando de todas las cosas que tiene y amigos que le quieren.
Así empieza el largo camino que tiene que recorrer hasta llegar a afincarse en Canadá y decidirse a participar en todas las iniciativas sobre el Holocausto y otros genocidios del mundo y a contar sus memorias que han sido recopiladas en este libro.
Una lectura llena de dolor y tristeza, de odio y muerte, pero también de esperanza y vida, de felicidad y amor.
Para los que quieren leer sobre este tema, sin adentrarse mucho en las atrocidades y esperando un final feliz. Recomendado a ellos y a los jóvenes en general, para que aprendan sobre un suceso que no debería repetirse y sobre el que deben tomar conciencia para evitar ideologías que nos conduzcan a hechos tan deleznables.
Un saludo y feliz finde.
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