AMORES CONTRA EL TIEMPO. DOLORES CONQUERO. Editorial Planeta. 2018.
¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz. Te deseamos todos, cumpleaños feliz!
Yo me lo canto y yo me lo como. Hoy es mi cumple y cumplo 28 primaveras. Sí, me queda menos para los 30. Pero mientras estoy en los veinticinco.
Después de esta breve pero relevante noticia, toca hablar del libro que terminé ayer.
Amores contra el tiempo es un recopilatorio de las historias de nueve mujeres osadas que se enamoraron de hombres más jóvenes que ellas e incluso algunas llegaron a casarse con ellos. Algo muy mal visto en las épocas en las que vivieron y que incluso ahora sigue siendo un tema tabú.
Y es que al contrario, es decir, que un hombre mayor se enamore y sea pareja de una mujer mucho más joven que él no se ve mal, incluso se considera al varón como todo un conquistador. Y a la mujer en muchas ocasiones como una cazafortunas.
Entre sus páginas encontraremos a Diana de Poitiers, la amante de Enrique II de Francia, que se mantuvo joven hasta el final de sus días gracias al oro líquido que también le provocó la muerte. A la reina Victoria de Inglaterra y John Brown, un escocés al que obedecía en todo y que tras la muerte de su marido se convirtió en su segundo gran amor. A la inteligentísima Marie Curie y su ayudante, Paul Langevin, después de la trágica muerte de Pierre. A Coco Chanel y sus múltiples amores. A Agatha Christie y el arqueólogo, Max Mallowan. A Dalí y su musa e inseparable Gala. A Dolores Ibárruri, Pasionaria, y Francisco Antón, compañero de partido. A Vargas Llosa y Julia Urquidi Illanes, hermana de su tía política. Y a Fiona Campbell- Thyssen y Alexander Onassis, hijo del magnate Aristóteles.
Cada mini biografía incluye anécdotas muy interesantes de cada mujer y de sus allegados, cuyo principal tema es el amor que mantienen con un hombre mucho o lo suficientemente menor que ellas para que la sociedad no viera con buenos ojos sus relaciones.
Fueron mujeres que en defensa de su amor lucharon por hacer ver al mundo que este era tan puro como cualquier otro y que tenían tanto derecho a él como aquellas otras mujeres que querían a un hombre mayor o de su misma edad.
De hecho, era más frecuente encontrar relaciones de las del primer tipo, pues se pensaba que un hombre mayor tenía suficientes recursos económicos y psicológicos (madurez) para mantener y llevar por la buena vida a su mujer.
Todo un mundo de experiencias más o menos duraderas en las que estos jóvenes estaban encantados de compartir su vida con mujeres maduras maravillosas que muchas veces los tenían encandilados y a las que debían convencer para que se sintieran seguras en esas relaciones. Y es que en todas ellas surgía la duda a causa de la posible aparición de una mujer más joven, de que esa unión no podría llegar a ser seria o de la presión de sus allegados y su entorno que reprobaban ese vínculo.
El libro es un canto al amor que traspasa las fronteras de la edad y del tiempo. Una apología del amor verdadero que no entiende los prejuicios de la sociedad contra las mujeres que tiene una relación con hombres más jóvenes que ellas.
Por otra parte, me ha encantado la forma de narrar de la autora. Cada relato te sumerge poco a poco en la vida de estas féminas empoderadas que, convencidas de su derecho a amar, se adelantaron a las mujeres que actualmente no son tan criticadas por este hecho (que nunca se ha terminado por ver del todo bien, aunque no sea explícito).
Conforme se lee, uno se va adentrando en los sentimientos de cada protagonista y empatiza tanto con ella, que las opiniones y actos de su entorno que impiden prosperar a los idilios, se convierten en viles enemigos a los que nosotros mismos odiamos por impedir a estas mujeres ser felices.
Lo recomiendo encarecidamente a todos aquellos que disfrutan con hechos y vidas reales, centradas en la parte amorosa pero con algunas anécdotas que aparte de entretener nos hacen descubrir detalles desconocidos de personajes que llegaron a ser o son famosos.
Una buena oportunidad para cotillear en el corazón de mujeres que han sido protagonistas de nuestra Historia y que fueron pioneras en defender el derecho a amar de todas las formas posibles.
Un saludo, que me voy a soplar las velas, rellenos/as.
P.S.: ¡La tarta no está rellena de crema! No tiene crema por ningún lado. Es de dulce de leche.
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