EL ÚLTIMO VALLE VERDE. MARK SULLIVAN. Editorial Suma de Letras. 2022.
Hola, buenos días para los que hacen puente y los que no.
En estos días soleados apetece salir y andar al aire libre, pero también hay tiempo para leer. Yo me he leído este tocho en pocos días, pero ya sabréis por qué.
Este autor es el que nos narró la historia de Pino Lella en Bajo un cielo escarlata. Al igual que ese libro, los hechos que se narran en este son también reales y han sido novelizados.
En este relato asistimos al duro y largo viaje de la familia Martel. Estos son ucranianos y viven bajo la dictadura de la Rusia estalinista. Durante la II Guerra Mundial ya en 1944, los nazis, que han ocupado la zona, se baten en retirada. En su camino hacia el oeste, protegen en caravanas a descendientes de alemanes que hace años se instalaron en Ucrania para explotar sus tierras.
Los Martel forman parte de estas familias con ascendencia alemana y raza "pura" aria, por lo que emprenden la marcha hacia la denominada Madre Patria para huir del terrible mandato de Stalin.
Y es que tanto la mujer, Adeline, como Emil, el marido, así como sus allegados sufrieron el año de hambruna llamado Holodomor, que en toda regla fue también un genocidio. Es por eso que deciden ir hacia el oeste, más bien hacia la zona donde los aliados están ganando la guerra, para establecerse allí con sus dos hijos, sus padres, sus suegros y sus hermanas.
En el camino pasan por todo tipo de dificultades, tanto bélicas, meteorológicas como económicas y emocionales. Atraviesan batallas entre tanques, esquivan bombardeos, cruzan temporales, pernoctan en campamentos, viajan en tren, malviven un edificio en precarias condiciones, pasan hambre, frío, calor... sufren accidentes, se separan durante años, trabajan en campos de prisioneros, se ven amenazados por soldados y la policía secreta...
En seiscientas páginas recorreremos miles de kilómetros desde Ucrania hasta la mismísima Montana en EE.UU. Este es el recorrido de la familia Martel desde que parten con su carromato en Friedenstal (actualmente Tryhrady, Ucrania) hasta que terminan en el deseado por Adeline valle verde en Bozeman (Montana).
Todo un desafío para una familia que a pesar de los baches que la vida les va dejando en el camino, consigue estar junta, al menos la familia nuclear. Por esta razón y porque la historia es un reflejo de las miserias que tuvieron que soportar los ucranianos ya en tiempos de Stalin por parte de Rusia es una lectura inspiradora y llena de esperanza, donde un personaje sirve de palanca para que los demás crean en un futuro mejor y en sus fuerzas para seguir adelante.
También es relevante que se nos muestre la otra perspectiva de la II Guerra Mundial. La de aquellos pobres que aún siendo de orígenes alemanes (no judíos) también soportaron muchas penurias, cuando lo único que deseaban era vivir en paz y sobre todo, vivir en libertad, algo que bajo el yugo de Stalin era muy difícil.
Cabe decir que bajo la protección alemana estos ucranianos recibieron lo que en su momento arrebataron a los judíos, pero nadie podría culpar a estos inmigrantes de nada. Ellos utilizaban las prendas o las viviendas que los nazis les proporcionaban y lo único que ambicionaban era una existencia tranquila y próspera donde no tuvieran que temer por su vida.
Como en el otro libro, Mark Sullivan ha intentado transmitir lo que le contaron los hijos de los Martel junto con la información histórica que recabó en Europa. De esta forma, consigue construir con algunos toques de ficción, una trama que nos mantiene en vilo todo el rato y que mezcla la aventura, el misterio y las emociones.
Recomendado a los que ya disfrutaron con Pino y a los que pretenden conocer este conflicto bélico del siglo XX (y con él los actuales) desde el lado de los más pobres y desgraciados que no tenían bando alguno en la contienda y que su más ferviente ilusión era asentarse en un lugar considerado como propio y en libertad.
Otro de las mejores lecturas del año.
Un saludo.
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