LA ASOMBROSA TIENDA DE LA SEÑORA YEOM. KIM HO-YEON. Duomo Ediciones. 2024.
Buenos días a todos.
En esta reseña abordamos una vez más otra Lectura Conjunta organizada por Laky Libros que hay que leer.
La novela de esta ocasión está escrita por un autor coreano. Ya de antemano os imaginaréis qué tipo de historia nos vamos a encontrar, además de por el título, tan enigmático, gracias a la fama que tienen los escritores y escritoras orientales.
De primeras nos situamos en Seúl, donde vive y regenta una tienda veinticuatro horas la señora Yeom. Una anciana que un día, mientras está en el tren, recibe la llamada de un hombre que le indica que tiene un estuche con su monedero y documentos, que al parecer se le ha debido perder en la estación.
El hombre, muy amable, le pide si puede comprarse comida con el dinero del monedero y es así como la señora sospecha que la llama un indigente. Sospechas que confirma cuando va a recoger sus pertenencias a la estación.
Dakgo, como se hace llamar, vive en la calle y va cada día a la estación de tren para ver la tele y allí ha visto el estuche. A ojos de la señora Yeom, el pobre hombre debe de ser un santo pues pelea incluso con otros indigentes delante de la propia mujer cuando intentan arrebatarle el estuche antes de que pudiera dárselo.
Es así como la señora decide proponerle que trabaje en su tienda veinticuatro horas en el turno de noche, permitiéndole así comer allí y pasar las noches del frío invierno bajo techo. Dakgo acepta y es de este modo como empezamos a conocer a los personajes que van pasando por la tienda.
Esta es el escenario principal en el que nos presentan a la propia señora Yeom y su situación familiar, a las trabajadoras de la tienda y a los clientes que compran en ella más o menos asiduamente. Pero bajo un halo de misterio, la identidad de Dakgo permanece oculta bajo una supuesta amnesia alcohólica que ha desarrollado por su adicción.
Incluso sin ser consciente de su pasado, el lector puede formarse una idea de cómo es el bondadoso Dakgo. Alguien que parece patoso al principio debido a su tartamudez y movimientos torpes, pero que poco a poco se va abriendo un hueco en el corazón cuando aconseja y ayuda a los clientes que acuden a la tienda.
Se va formando una red de experiencias vitales en las que todo o casi todo está interconectado. Una cadena de favores, digámoslo así, que confluye y culmina con un final que de alguna manera nos deja tocados.
Dakgo nos cuenta su pasado y su identidad al final y es ahí cuando entendemos su actitud y cuando vemos cómo unos con otros han contribuido a que él recuerde por fin quién es realmente.
Con unos personajes de gran profundidad psicológica y en general, por ser una novela emocionante y aleccionadora en la complejidad de la vida, a mí me ha parecido una lectura necesaria o por lo menos, recomendada encarecidamente.
Un libro que parece sencillo a primera vista, entretenido, ameno, pero que encierra algunas enseñanzas y valores que te hacen reflexionar. El altruismo, la amistad, la perseverancia, la bondad, la solidaridad, la paciencia, el resarcimiento, la esperanza...
Todo ello concluye con una frase que me encanta: "Los puentes están para atravesarlos, no para lanzarse desde ellos."
Una lectura para los amantes de lo cotidiano y de lo tierno, de lo profundo y de lo emotivo. Si no os habéis internado en este mundo literario oriental os invito a hacerlo y a los que ya hayáis leído a otros autores del estilo, este en concreto, no os defraudará.
Un saludo y feliz semana.
Me ha gustado mucho la frase que marcas de Los puentes. Yo también me fijé en ella al leer la novela. Coincido en que los valores que transmite el libro nos hacen reflexionar en más de una ocasión.
ResponderEliminarCoincidimos en varias cosas. Te he comentado en tu blog otra idea que apuntas en tu reseña y con la que estoy de acuerdo.
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