CIERRA TODAS LAS PUERTAS. RILEY SAGER. Editorial Destino. 2021.
¿Cómo va el veranito, muchachos?
Yo sigo con mis amigurumis y mis lecturas, ah, y mis caminatas. A veces no salgo porque el calor me disuade bastante.
Pero como ya digo, las lecturas se hacen en casa fresquitos y yo sigo con mi rutina literaria. En el libro de hoy el suspense es la estrella.
Jules es una chica huérfana que vive en Nueva York con su amiga Chloe después de que su novio le fuera infiel. Sin trabajo y sin pareja, la desesperación la lleva a responder a un anuncio muy curioso. Se busca a alguien que cuide un apartamento en el señorial e histórico edificio de lujo, el Bartholomew.
En la entrevista, la señora Leslie Evelyn, una propietaria que se encarga de gestionar este negocio por el que se cuidan los pisos vacíos, le explica que la oferta es de tres meses. Jules deberá seguir unas normas si acepta el empleo, que le reportará 12.000 dólares al final del contrato, aunque le irán dando el dinero en efectivo al final de cada semana.
Ella solo tiene que vivir en el piso, cuidarlo y dejarlo tal y como estaba, pero también tiene que cumplir unas reglas como la de no molestar a los vecinos, no recibir visitas y por supuesto, dormir siempre en el apartamento.
Jules en principio, ve las reglas un poco raras, pero aún así el trabajo le parece la mejor oportunidad y es todo un privilegio vivir en un edificio de lujo y además, cobrando por ello. El apartamento tiene unas vistas privilegiadas a Central Park y las gárgolas le dan un acento gótico que encandila a la joven. Acepta sin vacilar, claro.
El primer día, conoce a otra cuidadora del piso de abajo de donde está ella, el 11 A. Es Ingrid, una chica parlanchina y muy simpática, pero un poco despistada. Con ella deciden verse en Central Park a mediodía y así se convierten en una especie de amigas.
Pero esa noche, Jules oye un grito extraño en el piso de abajo y cree que es Ingrid, aunque la chica lo desmiente. Al día siguiente, Ingrid no se presenta a su cita y la protagonista comienza a sospechar. Y es que el Bartholomew tiene muy mala reputación en cuanto a historia: muertos por gripe española, suicidios... y al parecer, recientemente, desapariciones.
Jules comienza a tener trato con otros vecinos y también empieza a descubrir sucesos que han ocurrido anteriormente con otros cuidadores de viviendas. Al parecer, han desaparecido y todos ellos tienen en común estar solos en el mundo, como ella.
Así comienza una cuenta atrás antes de que la próxima víctima sea ella misma. Por esa razón, aparte de buscar a Ingrid desesperadamente, pretende indagar en el pasado de ese edificio, de sus propietarios, así como de sus predecesores en ese piso y en los otros vacíos.
La verdad es aterradora y Jules siente que tiene que irse de allí rápidamente, aunque no es algo que pueda hacer de inmediato pues su amiga no está en la ciudad y ella no tiene dinero...
¿Conseguirá salir ilesa de allí? O por el contrario, ¿también la capturarán como a los otros? ¿Qué quieren con tanta avidez los propietarios de esos jóvenes cuidadores?
Un thriller absorbente que nos adentra en un mundo oscuro de muerte y vida, de ricos y pobres, de supervivencia y de extinción. Entre las paredes del Bartholomew se esconde un oscuro secreto, unos crímenes, que guardan los propietarios hace muchos años y que siguen impunes.
Todo siniestro y horrible, con escenas de tensión en las que creemos que la protagonista sucumbirá...
Lo recomiendo a todos los amantes del suspense y la intriga, a los que no paran de leer hasta que saben qué ocurre entre esos muros...
Otro de los mejores thrillers del año. No os lo perdáis, un descubrimiento.
Un saludo y a no pasar calor.
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