lunes, 5 de agosto de 2019

El apóstol de la muerte de Gema Tacón




EL APÓSTOL DE LA MUERTE. GEMA TACÓN. Autopublicado. 2019.

Hola, chavales.

Este lunes me paso por estos lares para reseñar la continuación de El último susurro de Gema Tacón, reseñado en el blog hace muy poco.

En esta ocasión, Kate Warne se encuentra en un estado de estancamiento. Siendo la Capitana después de que Dupin le asignara este puesto, no ha visto aparecer un caso interesante en mucho tiempo y su relación con Joseph no va ni para atrás ni para adelante.

Hasta que varios hombres van a denunciar las desapariciones de varias mujeres y se disparan las alarmas. Pero no es lo que parece. Se trata de la misma mujer y los denunciantes fingen no conocerse pero tienen algo en común, aparte de esta mujer.

Cuando comienzan los asesinatos de estos hombres, Warne, siempre con la ayuda de Joseph y Rich, con el añadido de una nueva y atractiva compañera, Grace, intentarán atrapar al asesino o asesina, que todo apunta a que se está vengando de las víctimas.

Pero lo peor está por llegar. Paralelamente, otro asesino en serie está haciendo una "limpieza" de prostitutas, alcohólicos y otros tipos de personas de los bajos fondos. Le han apodado "el apóstol de la muerte" y todo indica que seguirá purificando la ciudad si no consiguen detenerlo.

Kate no sabe cómo abordar estos dos casos, sobre todo porque las cosas entre ella y Joseph, y ella y la bebida, se están torciendo de nuevo. Su salud mental se tambalea y serán Grace, Rich y Julius, un periodista, quienes la salven en muchas ocasiones y los que la hagan salir de nuevo a flote, en busca siempre de la verdad.

De esta forma, irá descubriendo los hilos que se entrelazan para tejer estos dos misterios que de no ser resueltos, arrasarán con una gran mayoría de excluidos de la sociedad.

Pero sabemos que llegar hasta el culpable conlleva un precio y Kate tendrá que pagarlo caro para acabar de una vez por todas con esa barbarie.

Con otro caso de Kate Warne, Gema nos sumerge de nuevo en la nebulosa de los efluvios del alcohol, del descaro y la impulsividad de la Capitana, de la fiel amistad de sus compañeros, de los asesinatos más sangrientos y retorcidos, y de las muertes siempre inesperadas a las que nos tiene acostumbrados.

Sin dejar casi títere con cabeza, galopamos con Warne en sus temerarias investigaciones para encontrar a dos asesinos con intenciones y fundamentos muy diferentes. Mientras que entendemos y casi defendemos a uno por su afán de que se haga justicia, ya que la justicia oficial no hace bien su trabajo en muchas ocasiones, con el otro nos gustaría ensañarnos por acabar con la vida de personas inocentes que no eligieron su situación social y a las que se cree con derecho a matar.

Una vez más, la autora sigue en la línea del thriller antecedente a este e involucra a Warne en diferentes crímenes, siempre con las dificultades de su propia vida, que parece una montaña rusa, de por medio.

En mi opinión, en este libro la vida de Kate cobra mayor relevancia, no por su pasado, como ocurrió en el otro libro, sino por su presente. Creo que por eso, aunque los asesinatos son más macabros, la fuerza narrativa y de la trama policial y criminal no es la misma que El último susurro.

Quizá aquí en este libro se ha debilitado porque supongo que la autora querría dar mayor relevancia a su personaje principal y explorar otras tramas más personales con las que crear un libro más centrado en la propia Kate que en lo que investiga. Porque aunque sigue siendo un thriller, quizás me he identificado más con los caminos más sentimentales de la novela.

No sé si eso forma solo parte de mi propia sensación o es algo que la autora, en efecto, ha plasmado en el libro. Aun así, no se trata de una crítica negativa, sino de una apreciación que me ha resultado curiosa, porque en las otras novelas he visto cómo se pasaba más de puntillas por la vida de los personajes.

Como los otros libros de la autora, las tramas están siempre muy bien construidas y, aunque yo no entiendo de temas policiales, creo que bien documentadas. 

Un lenguaje fluido, sencillo y sintético, sin tantas florituras que te estanquen, pero con unas descripciones detalladas que ayudan bastante a crear una atmósfera cargada y llena de tensión en la escena del crimen y cuando hay un cara a cara con el culpable.

Se la recomiendo a los que ya leyeron El último susurro y se quedaron con la mosca detrás de la oreja después de que Kate fuera ascendida. Es otro caso de la susodicha que no defraudará a ninguno y que seguro que dejará  a muchos con ganas de más, porque Warne parece incansable y seguro que hay cuerda para rato.

Un saludo y buen verano.


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