viernes, 10 de abril de 2020

Depresión o victoria de Meritxell Duran

DEPRESIÓN O VICTORIA: CRÓNICA DE UNA BATALLA. MERITXELL DURAN. Reservoir Books. 2020.

Hola, de nuevo.

Sigo remetiendo libros interesantes ilustrados entre los que leo de novela.

Este que traigo aquí me ha llegado especialmente. Trata de un trastorno psicológico muy grave a la par que poco conocido. Quienes lo sufren también son unos incomprendidos porque el que nunca ha estado verdaderamente deprimido no puede alcanzar a comprender en toda su esencia cómo afecta esta enfermedad.

La autora nos muestra en el libro una autobiografía real. En ella nos narra cómo desde que llegó al mundo, su personalidad, sus emociones, su forma de relacionarse con los demás y con ella misma fueron evolucionando de tal manera que su ego comenzó a hacerse con el control de su existencia.

Este ego era una lucha entre su yo deseado y su yo real, lo que le llevaba constantemente a tener baja autoestima, a sentirse responsable y culpable de muchas cosas que sucedían a su alrededor y a ella misma.

Sus pensamientos, su perspectiva armoniosa de la vida y sus rutinas se sumieron en el caos y ella empezó a distanciarse de la realidad. A esto último se le llama disociación y es una defensa que utilizan las personas cuando sienten mucho miedo. Producido este por la ansiedad, incertidumbre y desorientación que experimentan al cuadrado.

La disociación les conduce al descuido de su aseo personal, a la inactividad, la desidia, la indiferencia y a distanciarse de los demás. A su vez, sienten ira y rabia, que, unidas a que la responsabilidad de sus desgracias se la atribuyen al resto del mundo, provoca que suelan tratar mal a los demás. Los cuales también al final se distancian de estas personas.

Aunque este trastorno es muy paradójico, y a la vez que se intenta evitar el trato con la gente, se siente miedo a la soledad (muchas veces por no quedarse a solas con unos pensamientos negativos y atroces) y se busca desesperadamente la cercanía de otros, lo que acaba por ser un círculo vicioso de rechazo y persecución frenética de afecto. 

También se intenta encontrar el afecto por medio del victimismo, que es sobrealimentado por un perpetuo sentimiento de ser un mártir y de compasión hacia uno mismo.

Algunas personas incluso, desesperadas por su falta de esperanza y su indefensión, recurren a las drogas y/o el alcohol. O piensan también en el suicidio. Por eso, en sí misma, la depresión no es mortal, puesto que el cerebro solo se ve modificado por una segregación de neurotransmisores en cantidades distintas de las normales. Pero los pensamientos y las conductas a las que dirige sí son peligrosas.

Este camino es el que se nos relata en esta historia, en la cual la protagonista decide un día, habida conciencia de su trastorno, pedir ayuda. Por una parte, profesional, pues un psiquiatra le receta ciertos psicofármacos (ansiolíticos y antidepresivos) y también acude a una psicóloga. Por otra parte, también inicia  una actividad por sí misma, pasear, andar, ir lejos de casa en largas caminatas. Aunque no para ahí y continúa explorando haciendo yoga, fisioterapia, baile del vientre, acupuntura, Reiki, musicoterapia, equinoterapia, rebirthing, kundalini, radiofrecuencia, sanción orgánica, Zang Fu, hipnoterapia, técnica Alexander, y un largo etc.

Al final, la meditación ha sido una de sus grandes aliadas y campea los temporales que a veces se le presentan como puede, siempre controlando su ego y los sentimientos y pensamientos tóxicos.

Pero antes de acabar, en la parte de la psicóloga me gustaría profundizar. Resulta que la autora decide dejar de acudir a su consulta porque observa y siente que la trata a través del lado teórico de la enfermedad, aludiendo a la falta de experiencia, es decir, a que la psicóloga no ha sufrido en sus carnes la enfermedad y por tanto, no puede entender lo que siente o piensa. También menciona que le cobra una pasta y que aparece cada día con zapatos nuevos y que se va de vacaciones, lo cual según la escritora, ella no puede permitirse por estar deprimida. Aquí, digamos que siente envidia.

En mi opinión, es verdad que la psicóloga (aunque nunca se sabe) no ha sufrido una depresión, pero se ha estado formando para entenderla lo más aproximadamente posible y para ayudar a quienes la padecen. Lo cierto es que esto me recuerda muchísimo a mí. Yo he estudiado psicología pero no ejerzo esta profesión y sin embargo, puede que entendiera mucho mejor a este tipo de pacientes que alguien que sí es psicólogo, porque yo sí la he vivido en mis carnes. He sentido ese vacío y ese horror y podría llegar a empatizar muy estrechamente con estas personas.

Pero, por otra parte, creo que exagera. Quizás estas palabras del libro dejan en muy mal lugar la profesión de psicólogo: alguien que cobra una pasta y vive la gran vida hablándole a los pacientes acerca de cosas que nunca han experimentado personalmente, haciendo creer que pueden ayudarles. Para nada es así, como estos he visto una en mi vida (yo también he acudido a terapia), pero la mayoría de psicólogos son unos grandes profesionales y su vocación es indiscutible. De hecho, mi gran ayuda para salir del círculo vicioso de la depresión fue la terapia cognitivo conductual con una gran persona y psicóloga que aportándome las herramientas necesarias, consiguió tirar de mi mano para que saliese de esas arenas movedizas.

Este libro se ha convertido en una excusa para expresar mi opinión acerca de la psicología y también para describir un trastorno que en su momento yo también padecí y que desestructuró mi vida por completo, dejándome como un títere a merced del miedo, la ansiedad y el descontrol. Así como también afectó a los que me rodeaban, que no sabían cómo sacarme de esa espiral extraña y nociva que me estaba consumiendo.

No espero que lo entendáis si no lo habéis experimentado, pero son este tipo de libros los que ayudan a ser más pacientes y comprensivos con aquellos que sí lo han hecho o lo están haciendo. 

Es una historia que recomiendo a todos, da igual la edad (quizás a partir de los 12 o 13 años). Es un trastorno que todos deberíamos conocer en profundidad, porque nunca se sabe cuándo podrá atacar, a nosotros o a alguno de nuestros seres queridos. No se puede bajar la guardia, porque no es una insignificancia, se lleva muchas vidas al año.

Espero que si no este, os animéis a leer algún libro sobre la depresión, ese gran desconocido y a la vez devastador trastorno.

Un saludo afectuoso y quedaos en casa. TODO VA A SALIR BIEN.


2 comentarios :

  1. Me parece muy interesante el analisis que haces del libro y de la depresión. Y como hay que cuidar la mente al igual que el cuerpo yo anoto este libro. ��Gracias por la recomendacion

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    1. Es bastante corto porque son viñetas, pero seguro que te gusta. Gracias.

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