LA NOVIA GITANA. CARMEN MOLA. Editorial Alfaguara. 2018.
Aquí estamos, rellenos/as.
Hoy reseño un libro que me ha encantado y ha cumplido con mis expectativas, en un lugar particular.
Y es que como yo soy un espíritu libre, estoy en un bar de viejecillos en un pueblo pequeño de Valladolid en espera de que me arreglen el BSM (mi coche).
Y ya que estoy aquí enfrente de un Cola Cao y parece que la cosa va para largo me he dicho, ¿y por qué no reseñar aquí? La esencia la llevas dentro.
Después de esta aclaración, os paso a hablar del libro, que es lo que toca.
Susana Macaya es encontrada en una parcela, muerta con tres agujeros en el cráneo y con gusanos dentro de ellos. Parece ser que ha muerto de una forma horrible con los gusanos comiéndose su cerebro.
Fue vista por última vez en su despedida de soltera el día anterior por sus amigas. La fatalidad además, ha querido que muriese como su hermana Lara hace siete años de la misma forma y justo antes de casarse.
Las hermanas, de madre paya y padre gitano, fueron educadas como payas y su padre Moisés no veía con buenos ojos cómo vivían sus hijas.
Del asesinato de Susana y de la conexión que pueda tener con el de su hermana se encarga la inspectora Elena Blanco y la Brigada de Análisis de Casos, a la que pertenece. Y es que la importancia del caso reside en que el asesino de Lara ya fue encarcelado en su momento y así sigue.
Por eso, la inspectora Blanco se ve envuelta en un cruce de pruebas, fotos y testimonios que tendrá que resolver junto a sus compañeros de brigada y el agente Zárate, un simple y joven policía que no se resigna a que le quiten el caso.
Dando mi opinión, diría que las críticas de este libro han sido muy buenas y no es para menos.
La trama es absorbente. El hecho de dos asesinatos en las mismas circunstancias, de dos hermanas y con el mismo modus operandi, a pesar de que el culpable está en la cárcel, crea en el lector una curiosidad y un interés cercanos a la obsesión.
Intentas encontrar al culpable entre los sospechosos, los que presentan más indicios de serlo, pero claro, no lo consigues.
Y es que el final es muy bueno, sorprendente hasta para los listos.
Como decían en una crítica, Carmen Mola tiene un aire a Pierre Lemaitre, entre otros, y no se equivoca. Esta autora con seudónimo parece que ha iniciado la carrera de Elena Blanco y por ahora, el estreno, según mi parecer, es inmejorable. O no. Quizás nos dé otra sorpresa en su siguiente libro, que espero se publique pronto.
La novela está recomendada a los fans de Lemaitre o Luca D'Andrea (La sustancia del mal, ya reseñada), a los cuales equiparan los comentarios que se han hecho del libro. Y en general, a los amantes de la novela negra y policiaca, pero de la calidad.
No os perdáis este gran éxito ambientado en Madrid con una protagonista que dará mucho de qué hablar.
Un saludo y pasar buena tarde.
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