EL AMBIGUO PERFIL DE LA LUNA. BELLA GÓMEZ. Editorial Pábilo. 2017.
Hola, rellenos/as.
Diréis que me he cogido vacaciones y que por eso vuelvo después de once días (más de lo habitual, que son siete días). Pues no. Como he dicho en otras reseñas, hasta septiembre, nada.
Este retraso se debe a la ralentización de la lectura debido en primer lugar, al calor y en segundo, al libro en sí.
Esta lectura se me ha hecho un poco cuesta arriba. Es un libro con mucha profundidad psicológica y emocional en concreto, por lo que quizás debido a mi "pavera" estival no hemos congeniado mucho.
La sinopsis del libro se resumiría así. Tenemos dos protagonistas, Manuela y Sabina. Sus relatos se van alternando en cada capítulo y aunque cada una narra sus pensamientos y su punto de vista, en conjunto extraemos la esencia de la historia.
Manuela, una trabajadora social retirada, conoce a Sabina en la playa, bajo la luna. La chica está con mucha ansiedad y entre sus cosas, la mujer encuentra un cuchillo. Manuela la invita a ir a su casa hasta que se reponga.
Mientras tanto, Manuela descubre que han apuñalado a un hombre en su vivienda cerca de la playa y que no se conoce al autor. Andrés, que es como se llama la víctima, ha sido ingresado en la UCI y la mujer comienza a tener ciertas sospechas, porque Sabina parece estar relacionada con este caso.
Así empieza lo que es una bonita amistad, en la que aflora el cariño y la protección. Manuela cuida a Sabina y le enseña como autocuidarse y conocerse, puesto que le da pautas de terapias psicológicas para el autocontrol, el autoconocimiento, la autoestima...
Pero en un momento dado el asunto se complica y Sabina tiene que pasar por un mal trago, ayudada siempre por su protectora, Manuela, y su bisabuela y su madre.
De esta forma, con las pesquisas de Manuela y las diferentes noticias oficiales, se va desenredando la madeja de los crímenes que suceden, con intervenciones de personajes como la doctora Rabea, la mujer, la madre y el hijo de Andrés.
Siempre con un trasfondo terapéutico psicológico, donde los personajes van aprendiendo y enseñando lecciones de vida y métodos psicológicos para el autoconocimiento y el autocuidado de la existencia, la trama se desarrolla hasta que al final sabemos quién es el responsable de los hechos.
Este libro es un compendio de thriller y autoayuda. Esto último, no porque nos diga qué es lo mejor que debemos hacer con nosotros mismo de forma directa, sino porque a través de las palabras de los personajes podemos guiarnos en el camino oscuro hacia el encuentro con nuestro propio yo, al que tenemos que aceptar, querer y cuidar.
Por otra parte, al tener muertes violentas, podemos considerarlo un thriller, pero en mi opinión, es solo una máscara que tiene la historia para revelarnos su verdadero objetivo: conmover al lector con respecto a su propia persona y aconsejarlo para que se inicie en el arte de quererse y conocerse a uno mismo.
Como decía al principio, el libro y yo no hemos casado muy bien y por eso no he captado la verdadera esencia de lo que quiere transmitir. Es una novela profunda, sentimental y con ese trasfondo psicológico que nos hace reflexionar hasta cuestionarnos verdades que creíamos asentadas.
La historia, en mi opinión, se alarga demasiado, aunque visto al final, puede que se deba a la necesidad de expresar muchos sentimientos y pensamientos de las protagonistas.
A pesar de que se me ha hecho largo, soy de las que opinan que los libros son como los exámenes, puedes haber estudiado, pero te puede pillar un mal día.
Quizás en otra ocasión puede que para mí sea más abarcable.
Por lo demás, tengo que decir que el estilo y el lenguaje de la autora es impecable, muy profundo y rico en léxico. Y como las frases subordinadas se suceden, lo transforman en más poético y bello.
El libro por tanto, está escrito de diez, pero la trama y la historia se extiende, según me parece, en exceso, lo que vuelve la lectura algo pesada. Sin dejar de ser digna de admirar en sus párrafos iluminados que nos llevan por un recorrido psicológico exhaustivo de lo que es la vida misma.
Por tanto, lo recomiendo para aquellos que se toman muy en serio las reflexiones que nos exponen los libros, a los que les gusta saborear las enseñanzas que nos enriquecen si las "ingerimos" con calma. Tenéis que leerlo con ánimo de meditación y con bastante atención. No es una novela para pasar el rato, porque no es algo ligero.
No quería despedirme sin agradecer encarecidamente a la autora enviarme un ejemplar digital para reseñarlo. También le doy las gracias a la administradora y bloguera de la página de La Reina Lectora, que da la oportunidad con su página de que conozcamos a autores noveles y no tan noveles, que no son conocidos y que tienen joyas publicadas aún por descubrir.
He comentado en Amazon también con algún párrafo de esta reseña, porque este libro lo tenía en mi biblioteca de Kindle y no lo recordaba.
Sin más, espero que este verano elijáis alguno de los libros que os he propuesto, incluido este. Porque parece que en verano las neuronas están menos presionadas por el trabajo.
Un saludo.
Gracias Judith por tu reseña sincera y objetiva, es un libro que puede gustar mucho o cansar, depende también de las experiencias de vida de quienes lo lean. Sobre todo hace reflexionar y, como bien dices, cuestiona verdades aprendidas que más bien nos pueden dañar. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por leer y comentar mi reseña. Espero que anime a algunos a leer.
EliminarHola, Judith. Yo sí he vuelto ahora de vacaciones, supongo que tú te las estarás cogiendo en estos momentos :) Muchas gracias por haber querido ayudar a la autora con la difusión de esta novela. Tu reseña es magnífica, abarca todos los puntos que el lector quiere conocer antes de decidir si adentrarse en la lectura o no. Me gusta lo que dices sobre que todo es realmente una máscara para expresar el verdadero objetivo: animarnos a conocernos aún más. Quizás como la acción no es el fin último, esto hace que nos parezca más extenso y se pueda hacer un poco cuesta arriba.
ResponderEliminarMuy agradecida por tu ayuda, ahora mismo comparto la reseña :)
Un abrazo,
Eva.