EL MANUSCRITO DE AIRE. LUIS GARCÍA JAMBRINA. Editorial Espasa. 2019.
Buenos domingos de reseña.
La novela de hoy es parte de la serie que creó Luis García Jambrina con el pesquisidor real, Fernando de Rojas, autor de La Celestina como protagonista.
En esta ocasión, después de las aventuras de los otros tres libros, Rojas viaja al Nuevo Mundo por orden del rey y llamado por su amigo fray Antonio para resolver un caso.
En la isla de La Española un grupo de taínos (originarios de la zona) han muerto en un incendio en una aldea tras acabar de ser bautizados por un fraile dominico que también ha perecido entre las llamas.
Son los dominicos, instados por el nombrado fray Antonio, quienes le van a buscar a Talavera de la Reina para que se embarque con dos de ellos en un barco hacia las Indias.
Tras dejar a cargo de su mujer algunos negocios, toma rumbo a las Américas en el puerto de Sanlúcar de Barrameda y tras un largo y cansado viaje llega a la isla varias semanas después.
Allí se encuentra un convento en construcción y unos dominicos intentando defender a los taínos de las encomiendas, unas leyes por las que pertenecen como esclavos a los españoles. Cada grupo de taínos tiene un amo español que lo obliga a trabajar extrayendo el poco oro que hay de los ríos y las minas por una miseria de dieta al día. Jóvenes, viejos, mujeres y niños son explotados y muchos de ellos perecen por las condiciones de vida o porque se suicidan.
Rojas, a parte de realizar sus acostumbradas pesquisas para descubrir al culpable del asesinato de los taínos y el fraile, tiene que lidiar con el gobernador y otros tantos españoles encomenderos que ven mal que ayude a los dominicos. Por si fuera poco, se enamora de una taína que le hará perder casi la razón.
Así las cosas, la resolución del caso será lenta y Fernando tendrá ayuda de los dominicos, los aborígenes y algunos otros personajes que lo conducirán hasta una verdad inverosímil.
Como siempre, Jambrina nos brinda una lectura llena de acontecimientos históricos y datos que nos sumergirán en el siglo XVI y en el Nuevo Mundo, donde la esclavitud y el ansia de oro y poder se encuentran por doquier.
Aunque a paso lento, la novela nos lleva por unos caminos peligrosos y oscuros, hasta casas imponentes y bohíos humildes, siempre buscando respuestas. Rojas y sus investigaciones son una excusa para contarnos parte de la historia de España después del descubrimiento de América.
Ese aire de poder, sabiduría, romanticismo y tragedia que se suele respirar en la serie de los manuscritos, pulula en esta ocasión entre el mar azul y la selva verde y frondosa. Rodeados de naturaleza y con los mosquitos fastidiando, el Nuevo Mundo se nos descubre como un lugar peligroso, lleno de injusticias y atrocidades cometidas por los primeros españoles que pisaron esas tierras.
Con un estilo cuidado, acorde con el lenguaje de la época pero fluido y sin perifollos, el autor nos narra lo que podrían ser las últimas aventuras de nuestro querido personaje salmantino.
Para mí, sigue en la línea cuidada y atractiva de los otros libros.
Y hasta aquí por hoy.
A más ver.
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