A GRANDES MALES. CÉSAR PÉREZ GELLIDA. Editorial Suma de Letras. 2017.
Hola, rellenos/as.
Después de la reseña de Cuchillo de palo, que fue una de las primeras con las que inauguré el blog, la penúltima parte de esta octalogía por así decirlo, es este libro del que os vengo a hablar.
Tengo que adelantaros que no es tan espectacular como lo fue Cuchillo de palo, pero debo reconocer que es bastante entretenida la historia.
En esta ocasión, el inspector Ramiro Sancho tiene menos protagonismo y solo aparece casi a mitad del libro en compañía de Vincent Dare para dar un golpe que desestabilice la Congregación de Los Hombres Puros.
Primero nos encontramos a Erika y Ólafur Olaffson que viajan a Buenos Aires para desentrañar el misterio que se esconde tras el palacio Barolo; una estatua que parece contener las cenizas del poeta Dante Alighieri; su arquitecto, Mario Palanti; Alcides Edgardo Bujalesky, un experto en Dante; y Telmo, el encargado del palacio; además de ir en busca de Michelson, uno de los custodios de la Congregación.
Principalmente, los dos personajes pretenden encontrar El Cartapacio de Minos, un documento donde aparecen los nombres de los integrantes de la Congregación, para así poder acabar con ella y sus negocios ilegales. Pero, buscándolo también está Michelson, que como custodio quiere también hacer uso del Cartapacio para cumplir con los objetivos que un día iniciase su bisabuelo.
Para encontrarlo, Erika y el islandés contarán con la ayuda de Bujalesky, experto reconocido en Dante, en cuyos poemas de la Divina Comedia se esconden las indicaciones para llegar hasta el documento tan preciado que el gran Damocles, custodio también, protege de manos impuras. Pero antes de llegar hasta él tienen que consultar con un policía retirado, Ramírez, que es el único que sabe dónde está este hombre y que sabe que está vivo, pues todo el mundo piensa que el experto está muerto después de un ataque a él y a su hijo en unas cataratas por parte de la Congregación, que no quiere que se descubra dónde está el Cartapacio.
En medio del camino se encuentran con el arcángel Miguel, el cual les trae muchos problemas, sobre todo a Ólafur y tras dar con Bujalesky, este y el encargado del palacio Barolo, la gran construcción bonaerense en la que se cree que está el documento, iniciarán la búsqueda desde los infiernos hasta el paraíso, siempre con las pistas que se van encontrando y descifrando los poemas de Dante.
Y así, podríamos resumir esta novela que pertenece a la gran obra de Gellida. No cuento más porque sería detallar demasiado y hacer spoiler.
Tenéis que entender que el libro podría encuadrarse en uno de estos libros de misterio, aventuras y secretos que revelar mediante el descifrado de, en este caso, la Divina Comedia de Dante, del estilo de Dan Brown. Todo rodeado del secretismo de las logias masónicas y su legado.
Es por ello que en esta parte de la octalogía, el inspector Sancho aparece en pocas ocasiones y solo cobra protagonismo al final junto a Erika. Otros personajes se quedan en el camino y algunos cobran protagonismo como la mujer albina que es Gabriel, uno de los arcángeles.
El libro, como digo, no es del estilo de los otros, puesto que pasamos de los asesinatos que tiene que investigar Ramiro Sancho a la lucha contra la Congregación, los secretos masónicos, el lugar donde reposan las cenizas de Dante... que ya se inició en la anterior parte.
Es cierto sin embargo, que a pesar de no ser del género al que nos tenía acostumbrados Gellida, es bastante ameno y el misterio en torno al Cartapacio lo convierte en un libro de misterio bastante entretenido y lleno de curiosidades, que si bien no son reales, César lo ha combinado tan bien con la realidad, que apenas distinguimos la ficción de lo que existió o existe de verdad.
A raíz de esta reseña, tengo que recordaros que el día 9 de noviembre sale a la venta la última parte de la octalogía, Konets (que significa «fin»
en ruso). Una octalogía si contamos la trilogía de Versos, canciones y trocitos de carne, Khimera y la tetralogía de Refranes, canciones y rastros de sangre.
Yo estoy deseando leerla, ¿y vosotros?
Antes de irme, no me puedo contener y tengo que decirlo. El próximo día 11 de noviembre en el Zero Café de Valladolid, César presentará este último libro que va a publicar y además, después de la firma de ejemplares se sorteará una cena con él. Parece ser que también asistirán dos de los personajes... uf, ¿quiénes serán? y sobre todo, ¿quién será el/la afortunado/a que cenará con Gellida?
Yo asistiré, por supuesto, y si me toca la cena, pues seguramente le haré miles de preguntas (si me toca entonces publico una entrada con lo que me conteste, así, a modo de entrevista).
Ay, qué semana de sorpresas y novedades. También tengo que deciros que Konets está muuuuy cerca de mí, lo tengo muuuuy cerca. Ahí queda.
Un saludo.
Hola, Judith:
ResponderEliminarVeo que no has disfrutado este libro tanto como lo hice yo. Para mí es, sin ninguna duda, el mejor libro de Gellida hasta Konets.
Eso de la cena y los sorteos me lo voy a tener que plantear.
Besotes.
Es que yo soy del Gellida negro, negro. A mí me gusta ver en acción a Sancho y aquí el hombre se luce poco. Es muy conspirativo para mi gusto el libro.
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