sábado, 22 de junio de 2019

El chico que siguió a su padre hasta Auschwitz de Jeremy Dronfield


EL CHICO QUE SIGUIÓ A SU PADRE HASTA AUSCHWITZ. JEREMY DRONFIELD. Editorial Planeta. 2019.

Hola, amigos/as.

Los días pasan y el el verano ha llegado. Pero ni cesan las lecturas ni menguan.

Por eso, como cada semana me encuentro entre estas líneas reseñando un libro. El de hoy no es de ficción y tiene como argumento el Holocausto.

Hace poco que reseñé otro libro sobre el mismo tema pero más centrado en los juicios. Aquí la historia se desarrolla en los campos de concentración.

Narra las tristes vivencias de la familia judía de los Kleinmann, residentes en Viena. Aunque es Austria, pronto los nazis en 1938 se apoderaron del país y muchos judíos fueron deportados a los campos. Algunos consiguieron emigrar y ser considerados refugiados, pero las puertas de Reino Unido y Estados Unidos se cerraron también para otros tantos.

Dos de los miembros de la familia Kleinmann, Gustav, el padre, y Fritz, el hijo mayor, fueron enviados al de Bunchenwald y allí pasaron mucho tiempo hasta que los llevaron a Auschwitz, Bergen-Belsen y Mauthausen. 

Como en todos los casos de este tipo, sufrieron todo tipo de atrocidades: hambre, dolor, frío, deseseranza... pero siempre se mantuvieron unidos. Tanto que Fritz siguió a su padre hasta Auschwitz a pesar de no haber sido enviado, para continuar junto a él.

Como en todos los casos de este tipo, el libro tiene mucho que contar, por lo que el resumen se limita a señalar de qué va de forma superficial, porque para sentir y pensar sobre la historia es necesario leerla para conocer sus detalles.

Y es que, por desgracia, las barbaridades de los nazis durante la Shoá, como llaman los judíos al Holocausto, nunca dejarán de horrorizarnos. Por eso, la historia merece ser contada y leída, para que no se vuelva a tropezar con la misma piedra. Ahora que los extremismos cobran cierta importancia.

También por desgracia, la historia no es diferente de otras que he leído, quizás solo se diferencia en que hasta ahora los protagonistas de este genocidio que pueblan los libros que he leído no permanecían con familiares, no tenían tanta suerte ni fuerza de voluntad y esperanza como he percibido en Gustav y su hijo.

En general, aunque la historia no es muy distinta de lo que nos contó en su momento Primo Levi, el libro está muy bien documentado y es una prueba fiel de lo que sucedió en ese momento.

A su vez, la historia de los Kleinmann nos conmociona por la unión hasta el final de padre e hijo y por la esperanza e intentos de la madre de ponerlos a todos en contacto con la esperanza de reunirse algún día.

Dadas las descripciones de las torturas, las agresiones y demás tratos vejatorios, no es recomendable para almas sensibles. Pero sí para todos aquellos que deseen conocer la barbarie más a fondo y la transformación de la vida de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. 

Siendo tan fiel a la realidad, es muy doloroso, pero a la vez muy instructivo y aleccionador con respecto a los ideales políticos o los valores humanos.

Por eso, como decía, lo recomiendo a los que están interesados en el Nazismo y el Holocausto. Porque es un testimonio más que nos ayudará a no repetir mismos errores tan graves.

Un saludito.

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