LYDIE. ZIDROU Y JORDI LAFEBRE. Norma Editorial. 2023.
Buenos días.
Terminando los días laborables regreso con otra reseña muy significativa para mí y sobre todo, muy peculiar.
Lydie es un cómic cuya protagonista, pese a ser un fantasma (o no), se llama así. La pequeña Lydie nace en el callejón del bebé con bigote y es hija de Camille, hija a su vez del maquinista (del tren).
La bebé muere poco después de nacer y Camille está desolada cuando el médico le da la noticia. Sin embargo, pocos días después, Camille grita desencajada que Lydie ha vuelto. Dios se la ha devuelto y le muestra a su padre a la niña en la cuna.
Su padre no se ve con las fuerzas suficientes como para desengañarla y decide seguirle el juego. Camille actúa como si la niña existiese. La coge, la cuida, la acuesta, la alimenta...
La peor parte llega cuando esta actitud se mantiene en la calle y la buena mujer difunde la gran noticia y muestra orgullosa a su hija. Al principio, el desconcierto se apodera de los vecinos y algunos niños incluso se burlan de ella.
Pero la situación da un vuelco y todos los habitantes interactúan con Camille y su pequeña como si estuviera ahí y todos la vieran. Contribuir a una buena causa, como es consolar a una mujer muy frágil y además, madre soltera e hija de un personaje muy querido en el callejón, resulta ser la tónica de todos y todas.
Muchos piensan que no puede ser beneficioso para ella y otros, simplemente creen que ya se le pasará. En cambio, Lydie va creciendo y su madre sigue cuidándola y actuando de forma normal. Es más, la lleva a la escuela y los niños, lejos de reírse o no entenderlo, hacen muy buenas migas con Lydie.
Porque Lydie es ya parte de la comunidad. Sus cumpleaños se suceden y tiene muchos amigos en la escuela.
Y hasta aquí puedo leer. El final del cómic te invito a leerlo y observarlo tú mismo.
Una historia que te deja anonadado, estupefacto, por su singularidad y genuidad. Pero también te alcanza directamente en el corazón y su ternura y emocionalidad consigue que quedes tocado y sensible al amor y la solidaridad.
Unas ilustraciones de colores suaves, tiernas por sus redondeces, que invitan a admirar cada viñeta aunque no exista texto. Las expresiones faciales de las reacciones de los vecinos y muy especialmente, el vacío tan lleno que supone la niña, se muestran de una manera magistral y cargada de sentimiento.
Un libro en el que el duelo por un hijo neonato fallecido (en el que podríamos incluir los hijos que mueren intraútero) se realiza de una forma poco adaptativa y visto desde la perspectiva profesional, psicopatológica.
Independientemente de que sea una situación inverosímil y poco beneficiosa para el personaje principal, es moralizante y muestra valores que no se estilan mucho hoy en día como la empatía, la solidaridad y la compasión.
Un cómic que conocí gracias a un monologuista que también recomienda cómics y novelas gráficas en su cuenta de Instagram. Y puso exactamente este el día de la madre. Un día triste para mí pero lleno de esperanza igualmente.
Sin duda, otro de los mejores libros del año.
Un saludo y feliz próximo finde.