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lunes, 23 de enero de 2023

La partida final de John Donoghue

 


LA PARTIDA FINAL. JOHN DONOGHUE. Editorial Planeta. 2022.

Queridos amigos.

Seguimos estrenando año (yo creo que hasta que no pase enero) y el frío del invierno se está paseando estos días por el país. Mientras pasa, una buena manta con libro es de buena ayuda para entrar en calor.

El de hoy es bastante acertado para el mes que corre. Auschwitz fue liberado el 27 de enero de 1945 por los rusos y en esta historia el protagonista, Emil Clément, es un preso judío de este campo de concentración.

Emil es conocido como el Relojero pues antes de deportarlo tenía una tienda de relojes y en Auschwitz también se dedica a repararlos aparte de trabajar en la Buna (la fábrica de Auschwitz III Monowitz).

Pero lo que más le gusta hacer y por lo que siente devoción es jugar al ajedrez. Es un excelente jugador y por ello, cuando circulan estos rumores, el oficial Paul Meissner le insta a jugar contra los suboficiales y oficiales de las SS del campo. Previamente ya había convocado un torneo entre los miembros de las SS, pero esto le parece más retador.

Y es que este capitán no es como el resto de los guardias. Es un hombre piadoso que intenta no cometer barbaridades e incluso pretende salvar la vida de muchos presos judíos convenciendo a sus superiores de que son más útiles vivos trabajando en la fábrica.

A través del tiempo, estos personajes van interactuando incluso después de que acabe la guerra, cuando Meissner y Emil se reencuentran en Ámsterdam en 1962 en el torneo de ajedrez en el que participa este último.

Un tercer personaje alemán que es contrincante del Relojero en este campeonato también pudo llegar a cruzarse con él en los tiempos de Auschwitz, de tal forma que los tres hombres encuentran un vínculo entre sí.

Sobre todo, el que existe entre Paul y Emil, que tendrán que salvar sus diferencias y que recordarán los hechos acontecidos en el campo. Las vidas del oficial y el preso han cambiado mucho desde que no se ven pero entre ellos quedan cuentas pendientes y Paul quiere acabar su vida en paz, por lo que recurre al judío invocando el perdón.

Los recuerdos en los que el preso judío tuvo que jugar partidas de ajedrez en las que estaba también en juego una vida van conformando un argumento que en mi opinión es ingenioso pero poco realista.

Y es que a pesar de ambientarse en uno de los campos de trabajo y exterminio del III Reich y de incluir personajes históricos que mandaban allí, el resto de las personas son ficticias, así como esta afición de las SS por el ajedrez y los torneos.

Digamos que para mí ha sido entretenida, original y poco centrada en los típicos temas de los campos de concentración: miseria, hambre, odio, traición, avaricia, crueldad, maldad...

Pero, como decía, es un poco enrevesada e imaginativa. Aunque no deja de ser una novela, con vía libre al autor, claro.

Os la aconsejo para ver el Holocausto desde una perspectiva diferente.

Un saludo.

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