LAS ISLA DE LAS MUSAS. VERÓNICA GARCÍA-PEÑA. Editorial Suma de Letras. 2020.
Hola, rellenitos.
La lectura de hoy es pichín pichán. No me ha gustado el estilo.
Pero antes conozcamos la sinopsis. En una isla gallega, Ricardo Pedreira Ulloa pasa sus horas bajas como escritor entre morfina y absenta.
Entre las brumas de la sustancia se encuentra con una mujer, Julia, que le devuelve la inspiración que llevaba tiempo sin tener. Momentos de excesos fuera de la isla lo llevaron a querer recogerse en ese refugio que es el pazo insular de su familia. Pero no es hasta que la presencia de Julia se hace evidente solo ante sus ojos, que prosigue una novela que empezó y que esperar que tenga tanto éxito como la primera.
Julia se convierte en su musa, pero ni su criado más fiel, Vilar, ni el resto del servicio parecen hacer mucho caso a la joven y Ricardo se exaspera de su mala educación. Días después de encontrarla por primera vez, unos sucesos abominables llevan al escritor a buscar sin descanso a un hombre asesino de mujeres y que posiblemente esté escondido en un faro, el Faro del Amor, que hay en la isla.
Julia, a su vez, aparece y desaparece y las palabras de la ficción que está creando Ricardo no salen fluidamente si no es por la presencia de esta o la ayuda de las drogas. Así pasa los días, persiguiendo la estela de Julia, del hombre monstruoso criminal y de la escritura.
Además, sus incursiones en la zona del faro y en este mismo cada vez son más frecuentes a pesar de desaconsejárselo Vilar. Estas visitas volverán a hacerle experimentar un incidente que a punto está de acabar con su vida y a que descubra una misteriosa caja que guarda muchos secretos que en realidad son recuerdos de los que el literato se olvidó.
Y es que hay un pasado muy oscuro detrás de este hombre y será Vilar quien lo induzca a desvelarlo para saber por fin quién es Julia, quién el hombre misterioso y qué ocurrió en su juventud para que su madre no quisiera que permaneciera en la isla ni recordara qué aconteció allí.
Con un argumento bastante atrayente y mucha intriga, la novela podría haberme conquistado si no tuviese un estilo tan pesado. El lenguaje es muy rimbombante, poético, endulzado y reiterativo.
Para mi gusto hay mucho circunloquio y la lectura se hace aburrida por el ritmo de la historia, que es lentísimo, y por el vocabulario y el modo poético de crear las frases. Para una novela que es de misterio pega poco, la verdad.
Eso no quita, como decía, que el relato es bello y muy interesante, pero el libro así escrito es de difícil digestión. Lo he terminado por pura obstinación.
No lo remiendo encarecidamente, pero sí a los que este estilo poético no les desagrada.
Un saludo.
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