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jueves, 9 de febrero de 2017

Cómic: Maus de Art Spiegelman



MAUS, ART SPIEGELMAN. Editorial Reservoir Books. 2010.

Hola a todos:

Esta vez he elegido para mi lectura un cómic que casi podría decir que es como una novela ilustrada. Aunque no sé si es lo mismo...
Bueno, al lío.

Este cómic decidí leerlo el 27 de enero, porque ese mismo día se celebraba el 72º aniversario de la liberación de Auschwitz. Y aunque muchas personas me habían hablado de él como una manera diferente de narrar los horrores del Holocausto, no me lo acababa de creer.
Pero es verdad que este cómic es diferente, porque sí que hay descripciones sobre las muertes en el campo de concentración que son bastante duras, pero no las hay en abundancia y dentro del horror se puede tolerar leerlas aunque no aceptarlas, claro.

Si seguimos el argumento del libro, podríamos decir que el autor, el estadounidense Art Spiegelman, nos trasmite la historia real de su padre Vladek Spiegelman, un judío polaco que tras los horrores vividos al principio en su localidad natal y alrededores, en guetos y búnkeres, es trasladado a Auschwitz con su mujer y madre de Art, Anja.

Las viñetas nos muestran a Vladek, que vive con una nueva mujer, Mala, porque Anja se suicidó, que le cuenta a Art que antes de la guerra tenía una fábrica de telas y confecciones, que conoció a Anja y a la familia de esta, la cual tenía muy buena posición.
Luego, que fue llamado al ejército y le hicieron prisionero de guerra pero fue liberado.

Narra que tuvieron un hijo, Richieu, el cual murió en un gueto envenenado por su tía antes de que se la llevasen a ella, a su sobrino y a sus hijos al campo de concentración. Después, relata cómo se llevaron a diferentes familiares de su mujer a supuestos lugares de reposo. O incluso cómo se querían llevar los nazis la cama de su suegra estando ella enferma acostada.

Junto con estas experiencias cuenta otras sufridas más tarde, en diferentes ciudades a las que emigra con su mujer, bien porque los alemanes les obligaban a trasladarse por ser judíos, bien porque se escondían en búnkeres, establos o casas de polacos que les acogían y los escondían.

Vladek compraba comida sin los cupones de racionamiento necesarios para que no los descubrieran, vendiendo joyas, o incluso, pagaba a los que les escondían, porque nadie quería arriesgarse.

Tras salvarse de varias redadas, unos amigos les hablan de irse a Hungría, pero antes de nada, envían a un chico para que les cuente cómo está allí la situación. Este les cuenta que los judíos allí están estupendamente y con ayuda de dos contrabandistas polacos deciden huir. Pero es una trampa y la Gestapo los atrapa en el tren y se los llevan a Auschwitz.

Allí, Vladek es desde hojalatero hasta zapatero y ve cómo los demás compañeros se mueren de hambre, cansancio, de tifus o en las cámaras de gas. También establece contacto con Anja y le pasa comida a través de una compañera.

Desde aquí, el cómic refiere el resto de lo que le ocurre a Vladek y Anja hasta que llegan a EE.UU.

En referencia a los personajes, cabe decir que están dibujados como animales. Cada nacionalidad (o etnia) está representada con un animal:

-Ranas: franceses.
-Gatos: alemanes.
-Ratones: judíos.
-Cerdos: polacos.
-Perros: estadounidenses.

El libro se divide en dos partes: Relato de un superviviente y Y aquí comenzaron mis problemas.

En mi opinión, es uno de esos cómics que deben ser leídos aunque estemos cansados de tantos libros sobre el Holocausto. Como decía, es una historia que se lee fácilmente, que es fluida y no se repite tanto acerca de las barbaridades de los prisioneros.
Me gusta especialmente porque a la vez que cuenta la historia de su padre judío allí en Polonia en el pasado con todas esas desgracias, también nos hace partícipes de la historia en el presente, cuando su padre se lo está contando. Es aquí donde se pueden observar las consecuencias de todas esas fatalidades y adversidades que vivió este hombre. Se ha convertido en un hombre tacaño, malhumorado, con problemas de corazón y diabetes que una vez llegó a tirar todos los diarios de su mujer para borrar de su memoria todo lo que sucedió. Pero también intenta recordar lo máximo posible porque quiere ayudar a su hijo a dibujar un cómic que mostrará al mundo ese gran genocidio que fue el de los judíos y otros tantos desgraciados que fueron masacrados por los nazis.

Y tanto que lo ha conseguido, además de ser el único cómic premiado hasta ahora con el prestigioso premio Pulitzer.

Sin duda, una de esas lecturas que no hay que obviar, incluso aquellos que ya tienen mucho leído acerca del Holocausto.

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