NO ES TAN FÁCIL SALTARSE UN EXAMEN. LUCHY NÚÑEZ. Editorial SM. 2004.
Buenos días y buen viernes.
La novelita de hoy es juvenil y corta. Y aunque el título puede hacernos creer que es poco trascendental, en realidad aborda un tema bastante interesante.
María es una adolescente de diecisiete años que vive junto a su madre y sus dos hermanos. Es una joven que va al instituto, con sus inquietudes, sus amistades y no con muchas ganas de estudiar para los exámenes. Por eso, cuando el Chulo, el alias que le han puesto a su profesor de Literatura, les propone elegir entre hacer el examen final o escribir una novela de ochenta a cien páginas, María no se lo piensa.
Decide escribir una sobre su familia y lo que le va ocurriendo en el día a día. Pero escribir una novela no es tan fácil, aunque ella intenta contar lo que vive junto a su madre, una viuda que trabaje cuidando ancianos y que tiene que lidiar ella sola con tres hijos jóvenes.
El hermano mediano, Jaime, es un poco borde y resabiado, y el mayor, Roger, pasa de todo y está ausente, pero con el tiempo se dan cuenta del problema que tiene y que es bastante grave.
A su vez, María narra sus experiencias en un voluntariado con niños que tienen discapacidad intelectual; su amor por Marc, que hace un voluntariado en la cárcel y le habla a la clase de las cosas interesantes que le suceden allí; cómo son sus amigos y las familias de estos; las anécdotas en el colegio de monjas en el que cursa tercero de BUP...
Y es que, aunque su vida parece muy insulsa como para crear una historia atractiva, resulta que a su hermano Roger le cae un problema gordo que deben asumir todos los miembros y que María incluye en su novela, pero no está preparada para contar a su clase, ni siquiera a Marc.
Un tema que tiene que ver con las adicciones y que es frecuente en los jóvenes, tanto, que su compañero de clase, Tito, está en las mismas pero no se da cuenta.
Con un lenguaje típico de adolescentes y una narración que quiere asemejarse a la de alguien que está empezando en esto de la escritura, como la protagonista, la novela nos sitúa en un mundo donde los problemas se magnifican y el trato con la familia es, cuando menos, difícil.
Un entorno en el que se mueven almas juveniles que estudian, salen por ahí y se relacionan con gente de su edad a la que tienen como familia, porque es la única que les entiende.
En definitiva, un libro que es para adolescentes pero que da que pensar a los adultos también. Sobre todo porque las reflexiones del final, que es abierto, son muy adultas.
Espero que vosotros también leáis de vez en cuando libros juveniles en los que se abordan temas que también competen a los adultos y que muestran cómo piensa una cabeza adolescente, porque conviene recordar esos tiempos.
Un saludo y feliz finde.
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