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sábado, 1 de mayo de 2021

Peregrinas de Joaquín Berges

 



PEREGRINAS. JOAQUÍN BERGES. Tusquets Editores. 2021.


Hola, chavales.

Aquí vengo cargada con la reseña de esta semana.

¿Qué pasa cuando tienes ochenta años, vives en una residencia de ancianos, has vivido confinada unos cuantos meses porque un virus que podría acabar con tu vida anda pululando por ahí y ahora, aunque puedes salir de la habitación, todavía hay ciertas restricciones y por eso y porque estás en una residencia, tu vida es pura monotonía y a ti durante el encierro te ha rondado la cabeza hacer un posible viaje?

Siendo esta una pregunta larguísima, es la que de alguna manera describe y contesta este libro.

Dorita vive en una residencia con Carmen, otra residente octogenaria como ella poco dada al trato con los demás y con Fina, otra anciana que tiene demencia senil con momentos de lucidez en los que saca a relucir su pasado pero consciente del presente. Las tres de alguna manera conectan y Dorita, que ha maquinado durante el confinamiento por la pandemia un viaje sobre el que además se ha documentado bien con una enciclopedia, propone a estas otras dos señoras emprenderlo juntas.

En principio son ellas tres con el Volvo 805 de Fina, que aunque no sabe conducir lo tiene aparcado allí cerca y es Carmen la única que tiene carné de conducir. Por eso, un día planificado se escapan de la residencia y comienzan lo que sería el peregrinaje por el Camino de Santiago en sentido inverso.

Y es que le han dicho a Fina que van a peregrinar en coche hacia Santiago de Compostela, yendo desde Madrid, pasando por Burgos, Carrión de los Condes, Astorga, Ponferrada, etc. hasta llegar a la ciudad gallega para venerar al santo. Esta es la manera que tiene Dorita de convencerla, porque la inocente Fina está ilusionada con peregrinar por el Camino como lo hizo su padre, el cual escribió un diario de la ruta que siguió y que la anciana aún conserva.

Una mentira piadosa para que crea que va a cumplir su sueño, cuando en realidad se dirigen a Tarragona con la finalidad de que Dorita haga algo que tiene pendiente. Aún así, el viaje está muy bien planificado por Dorita para que los lugares por los que van pasando sean un símil de los que se sitúan en la parte occidental de la Península Ibérica, en el sentido del verdadero Camino.

Con la compañía de Julio, amigo de Dorita y también de ochenta años, inician una aventura por el cuarto superior derecho de España, en la que no faltan las emociones fuertes y unas situaciones límites que podrían hacerles volver a Madrid, tanto a la residencia como a su casa "vacía," en el caso de Julio.

Como decía, una especie de road trip en versión senior, en el que los personajes experimentan una serie de anécdotas que les saca de su alienación y les permite crear un vínculo muy fuerte a pesar de las vicisitudes negativas en su transcurso y de la maldita pandemia.

Porque una de las cosas que a mí me ha sido más grato de leer, a pesar de no interferir en exceso en la historia de esta novela, es que está ambientada durante esta pandemia de COVID-19. Sin darle tanta coba, eso sí, sólo mencionando el tema del uso de mascarilla, de las restricciones, de lo que supuso el confinamiento para las personas mayores...

Estas señoras y el señor me han hecho pasar muchos ratos amenos a lo largo de su viaje y además, me ha enseñado grandes valores y me ha ayudado a enterrar prejuicios. Porque en esta novela se refleja que los sueños y los propósitos no se acaban cuando somos personas mayores. Que seguimos pensando en lo que alguna vez de jóvenes quisimos alcanzar o metas a las que, por algún motivo, todavía no hemos llegado o simplemente, nos surge un deseo que de haber sido mas jóvenes seguramente hubiésemos cumplido con mayor facilidad.

Por eso, porque trata a las personas mayores como personas independientes, con deseos, esperanzas y capacidades similares a las que tienen los jóvenes. Con una fuerza vital que supera grandes adversidades y con las mismas ganas de vivir y entretenerse que los jóvenes.

De alguna forma, el autor ha querido "vengar" a todos aquellos ancianos que incluso antes de la pandemia se sentían tristes por el confinamiento habitual en la residencia, pero ahora todavía más con las restricciones y prohibiciones más severas.

Los ancianos de este libro te invitan a seguirles en el viaje, porque desde el minuto uno te conquistan con su frescura, su audacia, su decisión, su independencia, su esperanza y su ilusión.

No conocía a este autor pero he leído muy buenas críticas de sus anteriores libros y este para mí ha sido uno de los mejores del año. Os lo recomiendo encarecidamente porque aparte de ser entretenido y cómico, a mí me ha ayudado a ver la vejez de otro modo. Me ha hecho desterrar ciertos prejuicios y admirar y respetar a los mayores y sobre todo, su independencia y su derecho a intentar realizar sus sueños.

Un saludo y a leer, que son dos días.

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