El maestro de Auschwitz de Otto B. Kraus

 

EL MAESTRO DE AUSCHWITZ. OTTO B. KRAUS. Roca Editorial. 2020.

Buenos días.

En este domingo nublado nos adentramos en la penumbra y oscuridad del famoso campo de concentración.

El protagonista de la historia es Alex Ehren, personaje ficticio que ha utilizado el superviviente (ya fallecido) del Holocausto, Otto B. Kraus, para narrar sus experiencias en el campo.

El narrador, que es amigo de Alex, relata los hechos que el propio Alex Ehren escribe en un supuesto diario que escondió en el barracón y que tiempo después de la liberación, recuperó el amigo.

Por lo tanto, aunque basada en hechos reales, nos encontramos ante una novela.

Alex vive con otros hombres en un barracón en el campo familiar checo de Birkenau. Allí son instructores de los niños que van llegando en transportes desde Praga. También hay mujeres instructoras y cuidadoras que se encargan del bienestar de los niños.

Algunos pequeños viven con sus madres e incluso pueden ver a sus padres, así como los mayores, pero otros son huérfanos y la única familia que les queda son sus amigos del bloque y sus instructores.

Cada profesor les enseña lo que sabe, aprenden a leer y escribir, leen los pocos libros que tienen, escriben poemas y obras de teatro y además las representan. También hacen dibujos y el papel que tienen para hacerlo lo obtienen de los restos que dejan en los barracones de administración y lo que se encuentran por ahí.

Los decorados para el teatro están hechos de deshechos o de materiales que obtienen cambiando pan y otros bienes a un señor que se encarga de coger cosas de los muertos o del almacén del Canadá, el barracón donde se clasifican las que eran posesiones de los presos.

Otros beneficios para los chicos del barracón es la cantidad de comida que recibían, que era un poco más que los adultos. Aunque Alex Ehren y su amada Lina comparten otra ración de pan que ella trae de otros barracones donde trabaja para Mengele.

Lina es su, podría decirse, novia, y es una chica vivaz que ha pintado un bonito mural con árboles, plantas y animales en el barracón infantil para que todo sea más alegre. Ehren está enamorado de ella e intenta protegerla cuando se va por orden del doctor Mengele a dibujar gráficos de datos o retratos.

Los demás profesores se han atribuido la tarea de mantener a los niños entretenidos y alejados de la triste visión de la muerte y las desgracias del campo. Aunque no siempre es posible y el humo denso de las chimeneas suele tapar el cielo provocando preguntas de los pequeños.

Aun así, han aprendido a convivir con la muerte y no parecen tener miedo o al menos no se preocupan por ella. Por lo que su vida allí, aunque penosa por la comida y las condiciones físicas, es todo lo buena que podría ser para un niño en esas condiciones.

Pero todo tiene su final y Alex y otros profesores y adultos están preocupados por su futura ejecución, tanto que una revuelta se gesta en sus mentes.

Una novela realista, donde nos muestran más de lo mismo en cuanto a las condiciones de un campo de concentración. Con una excepción que confirma que donde hay niños hay esperanza, y la luz y alegría que estos aportan son motivación suficiente para esforzarse y seguir adelante. Protegiendo ante todo estas almas inocentes.

Dirigida a los que siguen el tema de Auschwitz y el Holocausto, pero  también a aquellos que quieren leer algo sobre ello sin meterse de lleno en las barbaridades que se cometieron. Porque este libro es más contenido y la vida en el barracón infantil es un poco menos trágica que en el resto.

Un saludo y cuidaos.