LA LECTORA CIEGA. PAQUI AYLLÓN. Editorial La Esfera de los Libros. 2018.
Hola a todos.
¿¡Qué decir de este gran libro que os traigo aquí!? Es como una oda a la lectura.
En primer lugar, os contaré de qué trata este singular libro. Paqui, la autora, ha sido enfermera y sufre una enfermedad rara, Retinosis pigmentaria, que poco a poco la fue dejando sin vista hasta que llegó a ser ciega total, aunque percibe la luz.
Cuando se enteró del diagnóstico, al principio no fue totalmente consciente de la situación, pero mediante paciencia, ayuda y tras pasar por las necesarias fases de una depresión reactiva, Paqui, a pesar de no poder seguir ejerciendo su trabajo, el cual le encantaba y ejercía por vocación, continuó con otra faceta de su vida que ha sido uno de los pilares de esta y continúa siéndolo: la lectura.
Antes de perder la visión, la autora leía todo lo que le pusieran en las manos en tinta y papel, de hecho, este libro nos habla de la importancia de la lectura como medio de refugio, cultura, entretenimiento, conocimientos, distracción, ayuda, consuelo... y un largo etc.
A raíz de no poder continuar leyendo con la vista, Paqui no se dio por vencida y a través de la ONCE, asociación por la cual llegó a su casa también Meadow, su perra guía, descubrió en sus archivos electrónicos libros narrados de viva voz con los que la autora sigue leyendo como antes. Pero no solo eso. No solo lee para sí misma, sino que ha ido un paso más allá y es voluntaria lectora.
¿Cómo? Diréis. Pues de una manera simple y a la vez compleja, en mi opinión. Nuestra protagonista a adiestrado su oído para leer escuchando y cuando acude como lectora voluntaria lleva en su oído un "pinganillo" que le permite oír el fragmento literario para después narrarlo en voz alta.
No sé exactamente cómo lo lleva a acabo pero es una labor, como decía, con peculiaridades que la convierten en algo bastante dificultoso. Pero a la vez, resulta una labor encomiable, por los colectivos a los que Paqui, junto a otros compañeros voluntarios, la ha dirigido. Personas ancianas, personas con trastornos psicológicos, con discapacidad intelectual, niños y adolescentes en centros docentes o en centros de internamiento para menores. Aparte de ellos, otro gran público ha podido disfrutar de su lectura: los oyentes de la radio, puesto que también tiene un programa en una emisora local del Puerto de Santa María. Y el que abarrota auditorios donde se celebran eventos de asociaciones o literarios.
Todos ellos, según la autora, le han aportado grandes enseñanzas y sobre todo, las ganas de seguir ejerciendo este voluntariado, por los buenos momentos vividos y por las caras y comentarios de esas personas que han disfrutado en esas actividades de lectura en voz alta.
Como he comentado antes, el libro es una oda a la lectura y se la ensalza de una manera magistral, poniendo ejemplos de la función sanadora y lúdica de esta para todos los colectivos desamparados y en general, para todas las persona. Y es que según dice Paqui, esto es ¡leer para vivir! Porque los libros, como también comenta, están llenos de vida.
Aparte de ser voluntaria lectora, Paquí también se dedica a impartir cursos sobre la discapacidad visual, enlazados siempre con la lectura y su poder curativo, en donde enseña a los demás la tolerancia y solidaridad para con este problema que sufren muchas personas. Aunque con su experiencia también nos muestra las maneras que existen para superarse y hacerse un hueco en la sociedad, esforzándose y luchando día a día para conseguir un mundo más justo y más feliz.
Sin duda, este es uno de los libros que más me han marcado este año, aunque llevemos pocos días de él. Sobre todo, por el talento de la autora para transmitir su amor por los libros y lo que este ha significado en su vida, especialmente durante el duro bache que tuvo que pasar, lo que ella llama "la travesía del desierto."
Su libro rezuma toda la felicidad que siente por lo que hizo en su trabajo y por su ocupación actual como docente y voluntaria. Y demuestra que con tesón y ayuda se pueden conseguir cosas impensables mientras estamos sumidos en la depresión. También que esta es necesaria para superar la reacción negativa ante un acontecimiento doloroso e inesperado y que la lectura es un bálsamo maravilloso (como el de Fierabrás, de la obra del Quijote, que la autora cita en varias ocasiones).
A ella quiero agradecer que quisiera transmitir con otras personas lejanas geográficamente toda estas experiencias que le han marcado y su ánimo de seguir trabajando en lo que le gusta y le apasiona. Ha querido rendir un gran homenaje a la lectura precisamente escribiendo un libro y alcanzando un objetivo que creo que es el que todo escritor querría: llegar a sus lectores.
Espero que su vida siga llenándose de triunfos y que de su mano vayan cogidas la ilusión y el amor por los libros, que como para ella, ha sido uno de los pilares de mi existencia desde que con seis años aprendiera a leer.
Y sin más, quiero despedirme hoy con esta gran reseña. No por lo que yo he escrito, sino por el libro al que hago referencia y que tanto consuelo y tanta esperanza me ha dado. Lo recomiendo, no como libro de autoayuda, que de esos hay muchos, sino como libro de experiencias varias y de enseñanzas que quizás nos marquen de alguna forma a la hora de seguir adelante en la vida.
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