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sábado, 4 de enero de 2020

Auschwitz: última parada de Eddy De Wind



AUSCHWITZ: ÚLTIMA PARADA. EDDY DE WIND. Editorial Espasa. 2019.


Hola, rellenos.

Los días de fiesta se acaban y para los que tenían vacaciones, vuelven los días de trabajo.

Pero en mi caso, no. Yo en Navidad estoy siempre activa y no iba a ser menos en el caso de la lectura, como habréis comprobado.

La lectura de hoy es, como habréis deducido del título, una obra que trata sobre el Holocausto, en concreto del campo de concentración de Auschwitz, en Polonia, y uno de los más conocidos.

El autor del libro lo escribió en el propio campo, cuando los alemanes ya se habían ido acompañando a los presos en las 'marchas de la muerte.' Allí se quedaron médicos, enfermos y algunos presos. Entre los primeros y últimos se encontraba Hans, que es como denomina el autor al protagonista, que es él mismo. 

Hans fue preso judío holandés, el cual, gracias a ser médico, tuvo en ocasiones privilegios con respecto a la comida, el descanso, el trabajo y el lugar para dormir.

Pero no es oro todo lo que reluce y en la mayoría de los casos tuvo que trabajar duro, en un grupo de castigo en Birkenau o en algunas tareas extenuantes fuera y dentro del campo de Auschwitz I. Aparte de las tareas en el Krakenbau u hospital, donde su cometido no tenía nada que ver con la medicina o como mucho, era asistir a algún enfermo para moverlo, darle de comer, etc.

Aparte de las concesiones que consiguió gracias a amigos o por su condición de médico, tuvo la suerte de ser enviado junto a su esposa Friedel al mismo campo y a unos Blocks que estaban uno al lado del otro. Por lo que Hans podía verla e incluso hablar con ella (corriendo mucho riesgo, claro). Para ella consiguió incluso que no le hicieran experimentos aberrantes gracias a su amistad con un doctor que les hacía pruebas con las que muchas de las mujeres de ese Block murieron o enfermaron gravemente.

Tras dos años allí, en 1944 los rusos se acercaban y comenzaron las 'marchas de la muerte' hacia los campos de concentración alemanes, que acabaron con la vida de muchos presos. Los cuales, o bien ya enfermos, o bien demasiado débiles, no pudieron soportar el frío y las interminables caminatas.

Friedel fue una de las que se encaminó hacia Alemania junto con muchas presas, pero Hans decidió esconderse para quedarse y con ayuda de españoles republicanos y otros, primero estuvieron en una casa en un pueblo cercano y luego ya en el campo otra vez.

Evidentemente, para ahondar en los detalles es necesario leer el libro. Aquí conoceréis bien el argumento, pero la esencia de la obra solo se puede obtener de una lectura consciente y reflexiva.

El estilo es ágil, con algunos errores en cuanto a las denominaciones en alemán, de los que el autor posiblemente no se diese cuenta, al haber tenido solo un conocimiento oral del idioma. Pero lo que me gustaría resaltar aquí es la belleza de algunas palabras y frases, sobre todo al principio, que hacen de ciertos párrafos una especie de prosa poética, a pesar de todo el horror que describen. Lo cual no quiere decir que no hubiese espacio para la belleza.

Una vez más, otro relato sobre este genocidio nos pone al corriente de los peligros de ciertos pensamientos, en esta ocasión fascistas, pero igualmente extremos y con la idea de radicalizar a medio mundo para ponerlo en contra del otro medio. Divide y vencerás.

Los detalles muchas veces llegan a ser tan profundos que el sentimiento es de vértigo y vacío en el estómago, como es el caso de las cámaras de gas y su metodología o los hornos crematorios.

Sin más, os invito a conocer la historia de Eddy, recuperada desde que en 1980, cuando la quiebra de la segunda editorial que lo publicó provocó su desaparición. Hasta ahora, que se ha reeditado en neerlandés y se ha traducido a varios idiomas, cuyas ediciones están revisadas por el hijo del autor.

Espero que, de alguna manera, estas lecturas te aporten tanto como a mí. Por un lado, negatividad en cuanto a sentimientos y emociones, pero por otro optimismo, por las ganas de redimirse que tiene una en nombre de la humanidad y por el hecho de que su transmisión evite que se repita (esta idea es clave y se repite constantemente entre los supervivientes, sobre todo cuando han escrito un libro y dejan testimonio por escrito de las atrocidades cometidas.

Lo recomiendo a los amantes de estos temas. Abstenerse personas sensibles y vulnerables emocionalmente, porque en este tipo de libros, la compasión y la tristeza está a flor de piel.

Un saludo y nos leemos en la próxima.


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