LA DEPENDIENTA. SAYAKA MURATA. Duomo Ediciones. 2019.
Heme aquí, jueves, ecuador de la semana y víspera de viernes.
Después de la introducción... La novela de hoy es de una autora japonesa. Y por supuesto, es tan peculiar como todas las novelas japonesas. En este caso sin suicidios, menos mal.
La protagonista es Keiko Furukura, una chica de 36 años que trabaja en una konbini, un minisupermercado que abre 24 horas. Este puesto es considerado como empleo por horas, lo que a su edad no la deja en buen lugar a los ojos de la sociedad y, en concreto, de los suyos.
Y es que Keiko vive por y para la tienda, es la dependienta ideal. Lleva trabajando en la misma dieciocho años y no parece querer dejarlo. Aunque esté en su día libre, piensa en la tienda y lo que se estará haciendo en ese momento y cuando está trabajando, está al tanto de todo lo que sucede, todo lo que es necesario reponer o colocar, sabe qué pedidos llegan o que ofertas hay qué poner cada día.
Su octavo jefe está muy contento con ella, así como su encargada o sus compañeros. Pero a raíz de una visita a unos amigos y a su hermana, se da cuenta por sus comentarios de que no es normal.
La gente se mantiene a cierta distancia de ella porque aparte de no tener un empleo fijo y estable, no ha tenido ninguna relación y por lo tanto, no está casada y tampoco tiene visos de tener hijos.
A raíz de un encuentro con un excompañero de trabajo, su vida cambiará de tal forma que la gente se sentirá mejor a su lado. Ya es normal.
Pero ella no lo entiende, aunque seguirá intentando encajar haciendo cosas que en realidad no quiere. Hasta que se da cuenta de cuál es su único objetivo en la vida y lo persigue, a pesar de las consecuencias.
Un libro exquisito. Lleno de enseñanzas a través de la humildad, la inocencia y la sencillez de Keiko.
Una de las ideas que más sobresale es la de la desviación de la norma. El hecho de no seguir las pautas que te exige la sociedad para considerarte parte de ella, puede acarrear consecuencias negativas como el rechazo de los que sí las cumplen y, por ello, son considerados normales.
La sociedad japonesa se revela como aquella que exige a sus miembros tener un trabajo fijo, casarse y forma una familia. La que no es muy diferente de la nuestra, puesto que nos obliga a hacer lo mismo si no queremos ser unos marginados.
Lo interesante de todo esto es la actitud de la mujer. Se ve asediada por personas cercanas a ella y aunque no lo entiende, intenta ponerle remedio. Siempre sin dejar a un lado sus ideales, es decir, que en el fondo, lo hace para que se callen y sin ponerle mucho ahínco porque lo que quiere es vivir a su manera. Dándolo todo por la tienda.
Por eso me ha gustado tanto, porque aparte de reflejar el rechazo a los que no son iguales (ejercido hoy día mediante mobbing, bullying, xenofobia, homofobia...), también nos muestra el poder de los ideales, de la confianza en uno mismo y de la indiferencia hacia las imposiciones de la sociedad.
Una novela japonesa al uso, con una trama muy original y una protagonista que lo es todavía más. La vida misma mostrada a nuestros ojos a través de las andanzas de una mujer japonesa que no está integrada en la colectividad actual y que huye de las absurdas obligaciones necesarias para ser considerada normal. Por lo tanto, se la aconsejo a los que de alguna manera se sienten diferentes y hacen de todo por encajar, porque en esa diferencia está la esencia de lo que es uno mismo.
Espero que os guste.
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