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lunes, 19 de noviembre de 2018

El fotógrafo del horror de Benito Bermejo


EL FOTÓGRAFO DEL HORROR. BENITO BERMEJO. Editorial RBA. 2015.

Este lunes va a ser de reseña por lo leído el fin de semana. En este caso, vuelvo a internarme en el tema del Holocausto.

Pero barriendo para casa y a raíz del estreno de la película de El fotógrafo de Mauthausen con Mario Casas de protagonista, el libro que os presento narra la historia de Francesc Boix, ese fotógrafo catalán que aparece en la película y que estuvo cuatro años o más en el campo de concentración de Mauthausen.

En este ejemplar de no ficción, asistiremos al horror vivido en este campo con ayuda de las fotos que se muestran. Son fotos que hicieron los guardias de las SS y otras que tomó el propio Boix y que conforman una colección propiedad del mismo fotógrafo.

Boix, poco después de su internamiento, llegó a trabajar en el Erkennungsdienst, el Servicio de Identificación, un departamento fotográfico encargado de fotografiar a los presos a su llegada, en su muerte (si había sido violenta) y las visitas de altos mandatarios al campo, junto a otros eventos que se considerasen de importancia.

La mayoría de las fotos dentro del campo y en la época de máximo apogeo de este se realizaron por los guardias de las SS que fueron pasando como encargados por este Servicio. Las que hizo Boix pertenecen sobre todo al momento de la liberación en 1945.

Se incluyen otras fotos, también de autoría del catalán, en la que se observan diferentes eventos una vez ya en París después de la guerra y en otros lugares que visitó después de ser liberado.

La colección que podemos apreciar en este libro-álbum (la mayoría de las fotos), pertenecía a Boix y muchas de las fotos que la integran se presentaron como prueba en el juicio de Nuremberg y Dachau, en los cuales testificó el propio Francesc.

Es importante, por otra parte, resaltar que estas fotos fueron sustraídas del Servicio de Identificación por Francesc, el cual iba robando negativos irrelevantes para sus superiores o hacía copias para esconderlas en lugares seguros.

Cuando tuvo una proporción grande de material, con ayuda de amigos y otros contratados (presos y amigos también) en el Erkennungsdienst, consiguieron esconderlo en el pueblo de Mauthausen gracias a una señora que tenía confianza con ellos. Hasta el fin de la guerra, cuando lo recuperaron y Boix lo guardó como prueba.

Aparte de esta muestra visual tan relevante, el autor del libro nos va narrando las diferentes etapas por las que pasa la vida del fotógrafo, así como biografías y datos importantes acerca de esta persona y en general, sobre lo que sucedió en Mauthausen.

Mediante entrevistas, libros, revistas y documentación clasificada, el autor ha reconstruido la realidad de Boix y su entorno, en la que la viñeta principal es su estancia en Mauthausen, aunque también nos habla de sus comienzos en las Juventudes Socialistas Unificadas, el exilio a Francia y participación en Compañías de Trabajadores Extranjeros (unidades militarizadas), su detención allí por los alemanes y el traslado a un Stalag alemán (campos para prisioneros de guerra), y de allí al campo de Mauthausen.

Este es, por tanto, un documento de gran relevancia para los españoles, puesto que en él se cuentan todas las vicisitudes de la mayoría de ellos durante el Holocausto. Unos 7000 y pico españoles fueron deportados a Mauthausen y allí murieron casi 5000, la mayoría de ellos internos en Gusen, un subcampo que estaba a unos 5 km de Mauthausen.

Benito Bermejo, aparte de divulgar esta historia oculta y a la que no se le ha prestado mucha atención en España desde que empezó a emerger, quiere ensalzar la figura del fotógrafo Boix. El cual donó o vendió algunas copias de sus fotos a ciertas publicaciones, instituciones u órganos gubernamentales que nunca señalaban su autoría.

De esta forma, e incluyendo los comentarios de aquellos detractores de Boix, pues también hubo envidiosos que lo tacharon de interesado y que pretendieron hacer creer al mundo que Boix se implicó poco en el asunto de esconder las fotos para que quedase constancia de la barbarie, Bermejo muestra al mundo y en concreto a los españoles, cómo lucharon sus compatriotas y cómo, valientes, arriesgaron sus vidas para hacer pagar a los culpables por tan viles crímenes.

El libro merece ser leído con atención y sobre todo, deben ser muy bien observadas las fotografías, aunque en algunas ocasiones son demasiado duras y pueden herir sensibilidades.

Lo valoro con un nueve hasta casi un diez, porque es un documento único y con mucha precisión y veracidad, pues el prologuista y lo que he leído acerca del autor, dan fe de sus grandes dotes como investigador.

Lo recomiendo a aquellos que quieren conocer la suerte de los españoles durante la gran masacre del Holocausto, poco susceptibles, eso sí, y en general, a todos los amantes de este tema.

Para mí ha sido muy revelador y muy interesante, por lo que agradezco que la película estrenada me diera alas para buscar bibliografía relacionada con este catalán tan valiente y luchador.

Un saludo y a leer.

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