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domingo, 31 de diciembre de 2017
Todos los días son nuestros de Catalina Aguilar Mastretta
TODOS LOS DÍAS SON NUESTROS. CATALINA AGUILAR MASTRETTA. Editorial Destino. 2017.
Hola de nuevo, rellenos.
No quería que acabase el año sin publicar la última reseña del 2017.
Todos los días son nuestros es un libro muy peculiar por una parte y muy corriente por otro.
Me explico.
María y Emiliano son una pareja que se conocen desde el instituto, viven juntos y aunque no están casados, se consideran casi un matrimonio.
Saben todo el uno del otro, dan por hecho que lo suyo no se acabará nunca y llegarán a ancianos juntos. Son la pareja perfecta a pesar de que "Emi" es de una familia rica y Maria viene de una familia humilde en la que su madre es una feminista que ayuda a las mujeres desfavorecidas y su padre no aparece por casa.
Pero aunque parecía que la suya era una relación férrea, un buen día, sin darse cuenta, un detonante les hace romper. Una fuerte discusión una noche en la que María le tira una pastilla de Ajax a Emiliano.
Y a partir de ahí, una especie de subibaja emocional se apodera de María, separada de Emiliano, al que consideraba casi un apéndice suyo y viceversa. Mientras, el chico hace su propia vida y consigue avanzar en su carrera profesional.
Pero María sigue muy vinculada a parte de la familia de Emiliano y por todos los medios intenta olvidarse de él, aunque en ocasiones lo persigue, otras se dedica a buscar amantes para no tener que llamarlo, etc.
Así se desarrolla esta historia. Peculiar por los detalles en los que a pesar de estar separados, la unión y la confianza tan fuerte que tuvieron los dos en su momento, les une de tal forma que se hablan y tratan casi como hermanos o amigos.
Corriente porque es una historia de amor de dos personas que son inseparables y que un buen día se dan cuenta de que quizás su relación es ya una rutina y se ha ido desgastando.
Por otra parte, no solo los vaivenes emocionales de María y las diferentes etapas de su post-relación con Emiliano nos hacen sentirnos contentos a veces y otras tristes, otros eventos nos llenan de dolor y otros tantos de alegría.
El libro por tanto, es un carrusel de emociones, en el que cada vuelta nos depara una sorpresa. Podemos reír en un capítulo y llorar en el siguiente. Siempre pensando lo injusta que es la vida, pero al fin y al cabo es cierta y hay que vivirla y afrontarla.
Una lección de vida, a veces desesperanzadora y otras llena de un brillo de ilusión. Una historia que se puede considerar lúcida y actual, enamoradiza y desestabilizadora, pero realista.
Recomiendo este libro a todo aquel que sea partidario de las historias de la vida misma, historias de amor que se desgarran pero que conservan un deje de atractivo y la semilla de que algo bueno llegará, aunque no sea en brazos del que siempre hemos amado.
Un saludo, cremosos amigos.
Hasta el próximo año.
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