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jueves, 30 de marzo de 2017
Orfancia de Athos Zontini
ORFANCIA. ATHOS ZONTINI. Editorial Destino. 2017.
De nuevo, por aquí estamos, esta vez para reseñar un libro bastante particular.
Digo particular porque podría decir raro, excéntrico, peculiar... Y todos los adjetivos que se me ocurran para definir al libro como una historia que se sale de lo habitual.
Pero antes debería hablaros del argumento.
El protagonista es un niño que tiene problemas con sus padres respecto a la comida. Como muchos de los padres de hoy en día y en concreto, en Nápoles (Italia), puesto que supongo que si el autor es de allí muy posiblemente se ambiente allí, quieren cebar, literalmente, a su hijo. Pero él, que está totalmente seguro de que quieren darle de comer para que engorde y después poder comérselo, o bien no come apenas y se lo da a sus dos perros, o lo que come lo va vomitando por ahí.
Está completamente seguro de que a algunos de los chicos que conocía que estaban bien rollizos y han desaparecido, se los han comido sus padres.
Así transcurre el libro, con una madre desesperada por que coma, dándole de todo y llevándole al pediatra constantemente para ver qué puede hacer. El pediatra incluso le dice que lo deje, que ya comerá y le recomienda que vaya al mar. Pero el niño está cada vez más débil.
Por otra parte, no tiene amigos y tampoco los quiere porque se cansa mucho jugando y todos lo ven raro por ser tan delgado.
Se van de vacaciones y allí hace amistad con el hijo de la frutera, Lucio, que no solo lo incita a cometer travesuras sino que mediante amenazas y cansancio, provoca que el niño comience a comer.
A partir de ahí y tras volver a su casa, el chico come cada vez más aunque con ciertas reticencias y se provoca dolor porque no quiere comer. A su vez, empieza en un nuevo colegio y algunos niños comienzan a hacerle bullying.
El chico está muy triste por esto y consigue que sus padres se enteren, pero acaba sucumbiendo al hambre y come de todo...
Hasta que llega el día de su cumpleaños y no hay regalos por ninguna parte, pero sus padres le miran ¿con ojos hambrientos?
Y el final... en el libro.
Con respecto a mi opinión, si tengo que ser sincera, la historia me gusta porque es muy original, sobre todo por lo de que el niño no come porque cree que se lo van a comer sus padres. Pero en cuanto al niño, da verdadero asco. Me ha despertado odio hacia él. Es un niño que en mi opinión, aparte de ser egoísta, ignorante, pasota, malicioso y pusilánime (de verdad que me ha caído fatal), narra los hechos como queriendo que alguien comprenda su actitud y se apiade de él. Es un gran recurso del autor. Utiliza las palabras del niño para dar pena y que le cojamos más asco aún. O al menos es lo que me ha provocado a mí.
Por eso, aunque el protagonista me ha caído muy mal y es un niño repelente, la historia me ha encantado porque es tan surrealista que estás todo el libro queriendo saber adónde lleva la tontería de que los padres se coman a los niños. Como también cuál será la próxima vez que vomite y en dónde o qué hará para vengarse de sus padres, etc.
Es decir, que la novela se lee fluidamente porque te mantiene en vilo y te provoca una emoción de odio latente que en vez de resultar contraproducente para seguir leyendo, te invita a que continúes acompañando al chaval en su próxima conducta maliciosa.
Es por todo ello que la recomiendo, no a estómagos sensibles, pero sí a aquellos que buscan una historia que aunque verosímil a primera vista, resulta excéntrica en todo el contenido, y a aquellos que a pesar de sentir una actitud de rechazo hacia el protagonista, en el fondo se quieren aliar con él para seguir masticando ese odio que se convierte en venganza.
Saludos.
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