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jueves, 23 de marzo de 2017

Crenshaw: el gato invisible de Katherine Applegate




CRENSHAW: EL GATO INVISIBLE. KATHERINE APPLEGATE. Editorial La Galera. 2016.

Hola, rellenos soñadores.

La reseña que quiero compartir es de un libro infantil (está en la sala infantil de la biblioteca), pero la verdad es que, como muchas novelas infantiles que he leído, tiene muchas sutilezas que quizás un niño no captaría entre líneas.

Jackson y su hermana Robin viven con sus padres y su perra Aretha en un bonito barrio llamado Swanlake Village. Jackson tiene un amigo imaginario, Crenshaw, un gato grande y peludo al que le gustan las gominolas moradas. Además, es un niño muy listo y muy curioso, al que le gusta leer acerca de aspectos sobre las diferentes ciencias, pero más que nada le gusta aprender sobre los animales, y sus favoritos son los murciélagos.

Un día, el chico vuelve a encontrarse al gato imaginario en su bañera después de que apareciera por primera vez mucho tiempo atrás, cuando él tenía siete años. Aparece además, cuando sus padres les dicen a los niños que tienen que vender algunas de sus cosas en un mercadillo porque apenas tienen dinero. Su padre tiene Esclerosis Múltiple y no puede casi trabajar y su madre no consigue trabajos estables.

Al parecer, según cuenta el niño, sus padres habían sido músicos callejeros y cuando él y su hermana eran muy pequeños también pasaron por una situación difícil y tuvieron que vivir en su furgoneta.

Jackson, al recordar esta situación, no quiere volver a sufrir esas carencias y se siente muy preocupado. Es por eso que Crenshaw vuelve a introducirse en su vida, porque quiere ayudarle. Sobre todo para que diga la verdad, a su hermana y a Marisol, su amiga, y para que exija a sus padres que le cuenten qué sucede.  

De esta forma, el desarrollo de la historia desemboca en un final que para mí se puede considerar como verosímil y más o menos justo.

En mi opinión, el libro es un reflejo de esos amigos que alguna vez muchos de nosotros hemos tenido porque nos sentíamos incomprendidos, solos y desorientados. A veces no son amigos imaginarios definidos, como el gato Crenshaw, pero si una especie de ente con el que a veces tenías una conversación acerca de aspectos que te parecían una injusticia o incluso, mientras jugabas con los juguetes retransmitiendo a tu amigo qué estabas haciendo.

Es por ello que Jackson, un niño muy listo, muy curioso y quién sabe si con el Síndrome de Asperger (por aquello de que le encanta y sabe acerca de ciencia, en concreto, sobre zoología), crea un gato con el que se siente seguro en los momentos de más estrés y más preocupación, como son aquellos en los que tienen que pasar hambre y viven o están en riesgo de vivir en una furgoneta.

Y ese, precisamente, es el cometido del gato, cuidar del niño mientras sufre una situación de dificultad, lo que me parece de lo más loable en los niños. En vez de buscar la protección en sus padres, la buscan con valentía en un amigo que ellos creen que existe, pero que en realidad es fruto de su propia creatividad. Supongo que con la idea de no preocupar o molestar a sus padres.

Pues bien, este es uno de esos libros que incluso de adultos no viene mal leer, para recordar cosas de nuestra infancia y para comprender cómo funciona la mente de un niño. También enseña que los niños, aunque sean pequeños y algunas veces no entiendan ciertas cosas, hay que decirles la verdad y hablarles sobre ciertos temas en un lenguaje adaptado a su edad. Para que se sientan queridos y valorados y para que no tengan que padecer solos momentos de dificultad y preocupación al observar cómo actúan sus mayores y el entorno que les rodea.

Sumergíos en el mundo de los amigos imaginarios, de los gatos invisibles o de otros seres o animales, que un día puede que formaran parte de nuestra vida si nos veíamos en dificultades o nos sentíamos solos... Porque conviene recordar cuánta imaginación teníamos entonces, cuánto creíamos en la magia...

Hasta otra.

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