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lunes, 27 de febrero de 2017
Cuchillo de palo de César Pérez Gellida
CUCHILLO DE PALO. CÉSAR PÉREZ GELLIDA. Editorial Suma de Letras. 2016.
Hola, caracolas rellenas.
Hemos tardado poco en retomar la trilogía de Refranes, Canciones y Rastros de sangre. Y es que tenía ganas de leer cómo continuaba ese final tan poco prometedor para el futuro del inspector Ramiro Sancho.
La verdad es que el libro comienza como continuación del anterior libro, Sarna con gusto. Sancho está de capa caída y se va a vivir lejos de Valladolid, a Pontevedra. Allí, según narra la novela, comienza su perdición, lleno de vicios como el alcohol, los juegos de cartas o las putas.
Simultáneamente en Valladolid, el subinspector Álvaro Peteira preocupado por su amigo Ramiro y agradecido por lo que hizo por su hijo, es conminado por su mujer y su conciencia a investigar el paradero del inspector e intentar ayudarle a salir del agujero negro en el que parece haberse metido.
Los capítulos se van sucediendo con el relato de los hechos que acontecen al pelirrojo en sus andanzas por Galicia y van apareciendo personajes que parecen tocar la fibra sensible del policía como es Juliet o personajes más oscuros con negocios aún más negros como es Solomon, Vincent Dare o Joseph Onazi, hombres africanos relacionados con el tráfico de personas.
Las muertes de algunos se van sucediendo y la vorágine de autodestrucción en la que se supone que se adentra Ramiro parece no tener fin, porque se va adentrando cada vez más en un negocio ilegal que extiende sus ramas desde África, adonde le proponen ir los dueños de tan deplorable comercio.
Allí, en Nigeria, un evento trastoca al lector y derrumba su mundo.
Pero el libro continúa y nos describe la lucha paralela que tienen Ólafur Olafsson, Erika Lopategui y Jaap Keergaard contra la Congregación de los Hombres Puros. Una agrupación que parece tener también vínculos con los negocios sucios de la trata de personas...
Un acto de purificación organizado por la Congregación en Budapest tensa los hilos de la ansiedad del lector aun más, pero luego, el globo se desinfla y la historia vuelve a tomar su compostura. Parece que lo que era, quizás...
Sin desvelar más detalles que podrían fastidiaros la lectura, diría que el libro es uno de los mejores de los hasta ahora leídos de Gellida (en la clasificación está primero Memento Mori). Las vueltas de tuerca, las sorpresas, la decepción, el entusiasmo, la esperanza, el alivio... son algunos de los golpes y caricias que nos proporciona la novela.
Dejo en manos de los lectores la opinión que les suscita, pero a mí, personalmente, me parece absorbente a la par que bien construida, para dejarnos insatisfechos y satisfechos alternativamente.
Leed y juzgad en vuestro fuero interno a Sancho y a los demás... y a vosotros mismos, por ser crédulos o incrédulos...
(4º libro ya del Reto 25 españoles).
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